Nicolás Maduro, electo como presidente en abril de 2013, se postula para la reelección como abanderado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y apoyado por el Frente Amplio de la Patria, que integra todas las fuerzas de la izquierda local.
Durante su Presidencia el país ha enfrentado una crisis que él mismo ha calificado como una 'guerra económica'. La oposición más frontal al Ejecutivo de Maduro ha sido el Gobierno estadounidense, que ha aplicado sanciones, bloqueo financiero y hasta un decreto que calificó a Venezuela como una amenaza para la seguridad interna.
No obstante las dificultades económicas y las oposiciones internacionales, la más reciente encuesta de International Consulting Services (ICS) da por descontada su reelección con un 55,9 % en la intención del voto de los venezolanos.
A pocos días del evento electoral, RT conversó con Blanca Eekhout, ministra para Asuntos de la Mujer e Igualdad de Género, que integra el equipo electoral de Maduro como jefa del Comando de Campaña de la Patria de las Mujeres de Venezuela.
RT: ¿A quién enfrenta la 'revolución bolivariana' en esta elección presidencial?
B.E.: Nuestro adversario no es interno, nos enfrentamos al imperialismo norteamericano, en primer lugar, y a la oligarquía venezolana. No hay que olvidar que, en América Latina, estas oligarquías nacionales son un poder enorme.
RT: Nicolás Maduro presentó el 'Plan de la Patria' como programa de gobierno. En las circunstancias actuales, ¿ese plan sigue vigente?
B.E.: Ese plan tiene una vigencia extraordinaria, estratégica. Es una brújula para el camino. Aunque se ha enriquecido con las batallas de estos años, mantiene los cinco objetivos históricos, del puño y letra del comandante Hugo Chávez en 2012.
Aún hoy, la defensa de la soberanía es uno de los objetivos más importantes, no solo para Venezuela sino para toda la región. Solo hay que fijarse en el ejemplo de Brasil, que pasó de una potencia integrante del grupo BRICS a ser tratada nuevamente como una república bananera. O que el presidente Mauricio Macri haya regresado a la Argentina a manos del Fondo Monetario Internacional (FMI) es realmente vergonzoso. Eso es la entrega total de la soberanía.
Justamente nuestra soberanía está en juego en esta batalla electoral del 20 de mayo.
RT: Varios gobiernos de la región adelantaron que no reconocerán el resultado de las presidenciales, ¿cómo van a enfrentar ese escenario internacional?
B.E.: Que desconozcan la voluntad del pueblo venezolano, incluso antes de que exista un resultado electoral, es parte del plan imperial. Esos gobiernos son justamente aquellos que han entregado e hipotecado la soberanía de sus pueblos. No es extraño para nosotros.
Cuando el presidente Hugo Chávez llegó al poder estaba en curso la implementación del Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), que no era otra cosa que la entrega de nuestras soberanías al tutelaje absoluto EE.UU. y la destrucción de nuestros Estados Nación; pero que gracias a la unión de Venezuela con la Argentina de Nestor Kirchnner y el Brasil de Lula Da Silva se logró liquidar esa amenaza.
Ese mismo proceso de rebeldía latinoamericana es el que sigue defendiendo Venezuela, pero también el pueblo en las calles de Brasil y Argentina, aunque sus gobiernos se hayan plegado a los intereses estadounidenses.
Desconocer el resultado electoral es negar al derecho de nuestro pueblo a decidir su destino por la vía democrática.
RT: El presidente Nicolás Maduro pidió 'un voto de confianza' al pueblo cuando se convocó la elección de la Asamblea Constituyente. Ahora se hace un llamado similar. ¿Cuál es la diferencia?
B.E.: En la anterior oportunidad, el presidente nos dijo algo casi milagroso: "Vamos a alcanzar la paz".
En ese momento, Venezuela estaba sometida a una acción de guerra terrorista: las guarimbas. Se quemaron vivos a venezolanos inocentes, se atacaron maternidades, universidades, centros de educación pre-escolar, establecimientos militares y hasta incineraron toneladas de alimentos.
Esa violencia perduró, básicamente en espacios del territorio gobernados por la oposición. Fueron focos de violencia que se utilizaron para mostrarnos como un país en llamas. Con las guarimbas se pretendió crear las condiciones para una guerra fratricida que permitiera la intervención extranjera. ¡Ese era el escenario del 2017!
El presidente Maduro, siguiendo el legado de Simón Bolívar y Hugo Chávez, que consiste en consultar al pueblo incluso en las más difíciles circunstancias, llamó a la constituyente. La voz del pueblo es la voz de Dios, y la Constituyente permitió la paz.
Votamos el domingo 30 de julio de 2017 y al día siguiente ya se estaban desmontado las guarimbas.
Ahora enfrentamos una forma de guerra encubierta. La guerra económica trata de invisibilizar el rostro de quien ataca. Aunque es claro quién ha establecido los bloqueos, sanciones comerciales y amenazas a la república.
Los actores locales se encubren en una campaña brutal de ataque y robo de nuestra divisa para impedir las transacciones comerciales, el acaparamiento, el contrabando de extracción y algo más brutal que es el terrorismo especulativo para tratar de implotar la economía.
En medio de este escenario que le ha tocado enfrentar, el presidente nos dice ahora que pasaremos de los mecanismos de protección al pueblo, a un ataque directo a todas esas maniobras de fractura de nuestra economía.
RT: Entonces, ¿qué simbolizan las presidenciales?
B.E.: Un nivel de estabilidad. La participación será la voluntad fáctica del pueblo para mantener la revolución bolivariana.
Las presiones a las que ha sido sometida Venezuela no las tiene Michel Temer en Brasil. Él no tiene que ir a elecciones, más bien las están torpedeando para mantener el golpe de Estado.
Pero a nosotros nos aplican una campaña internacional que intenta deslegitimar al gobierno. Por eso mantienen el descabellado decreto que nos califica como una amenaza 'inusual y extraordinaria' para la seguridad estadounidense.
RT: Uno de los candidatos opositores ha hecho campaña anunciando la 'dolarización de la economía' y la solicitud de ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI). ¿Ese discurso tiene cabida en la población votante?
B.E.: No hay que subestimar al enemigo. El imperialismo es un enemigo poderoso que además posee una enorme maquinaria mediática y comunicacional y ha desarrollado una estrategia de dominio a partir de la ignorancia. El Libertador Simón Bolívar lo dijo: "Nos han dominado más por la ignorancia que por la fuerza".
No podemos obviar la guerra tan intensa a nuestra economía, la extracción de nuestra moneda, el ataque al imaginario popular y el dominio que por años tuvo EE.UU. de nuestro país. Aún hay secuelas de ese pasado.
Tenemos una batalla por la verdad. El poder mediático esconde que el dólar es una moneda sin sustento real, que lo emite la Reserva Federal de manera absolutamente arbitraria e irresponsable y atada a los intereses del 1% de la sociedad estadounidense, que se mantiene gracias al poderío bélico.
Dolarizar la economía venezolana es una acción similar a lo que hicieron los golpistas de abril de 2002: sacar la imagen de Simón Bolívar del palacio de gobierno. Sustituir a Bolívar por Washington es un golpe directo a la identidad venezolana.
RT: ¿Qué implica esa dolarización?
B.E.: Quien propone la dolarización no dice toda la verdad. Anuncian que pagarán salarios en dólares y ocultan que también habría que pagar bienes y servicios en dólares porque desaparecería el bolívar (moneda local).
Existen incautos que piensan que un salario en dólares podrían cambiarlo a bolívares y tener mucho dinero disponible, pero la verdad es una: dolarizar la economía implica la desaparicióninmediata de nuestra moneda de curso legal. ¿Y quién produce esos dólares?
El pueblo tiene una enorme conciencia, lo ha demostrado, pero no puede desdeñarse la arremetida económica de los últimos años. De allí que nuestra campaña sea por la verdad, la defensa de nuestra soberanía y las conquistas obtenidas.
RT: ¿Por qué se ha dificultado el diálogo con la oposición local?
B.E.: Lo más lamentable de la oposición es que no tiene una agenda nacional sino que es impuesta desde EE.UU. La agenda opositora que tiene tarifa y depende de quien paga, y paga el imperio norteamericano.
Es una oposición totalmente irresponsable que clama por una intervención extranjera, que se atreve a reclamar el aumento de las sanciones al país pero al mismo tiempo pide un 'canal humanitario'.
Conseguir una oposición política verdaderamente nacional es parte de la batalla por nuestra soberanía. Eso posibilitaría que podamos resolver nuestros problemas entre venezolanos y venezolanas. Podemos seguir teniendo diferencias y hasta antagonismos de clase, pero sin hipotecar el destino de la patria.
Lamentablemente, cuando declaran que su agenda es la dolarización y un paquete del FMI están diciendo que su propuesta electoral es una invasión.
RT: ¿Qué aspira el chavismo de la oposición?
B.E.: La derecha venezolana está, no solo deslegitimada sino fragmentada, pero lo más importante aún es que está fuera del país. La oposición terrorista y fascista es totalmente dependiente de los intereses de EE.UU.
Lograda nuestra victoria electoral necesariamente tienen que emerger sectores que, aún manteniendo diferencias con la revolución bolivariana, quieran república, quieran patria libre. Sería un momento de depuración de la oposición venezolana, si los que se quedan en el país logran articular un movimiento para la paz y la convivencia.
Las diferencias son necesarias, pero no puede ser la bandera de un sector político la destrucción de la república. Son aquellas fuerzas extranjeras que intentan apoderarse de nuestros recursos naturales, las que necesitan de un escenario permanente de desestabilización.
Necesitamos una agenda que no esté en esa agenda y que, aunque defienda sus intereses de clase, tenga un mínimo de amor por esta tierra.
RT:¿Qué opinión le merece que todos los candidatos opositores hayan pasado por el chavismo en algún momento?
B.E.: Detrás de ellos, insisto, está la agenda gringa. Ellos tienen la capacidad de sostener varias agendas de forma simultánea.
EE.UU. maneja la ficha de la abstención, pero también de la participación en las elecciones presidenciales ya que ambos escenarios le pueden servir para generar violencia desestabilizadora.
Tenemos que entender que en ambas estrategias está la mano de Washington.
Es decir, manejan un discurso para los extremistas que piden una invasión extranjera y otro para aquellos que, aún adversándonos, no comparten la violencia.
La única forma de mantener de pie a los que aspiran incendiar el país es acusando de traidores a los opositores que participan de la elección, pero por otra parte generan un discurso 'amigable' para los sectores opositores que sí comparten la vía electoral.
No abandonan la vía electoral porque saben que una buena parte del país apuesta por la democracia, y los más de ocho millones de votos de la constituyente lo demostraron.
RT: ¿Tendrá fin 'la guerra económica'?
B.E.: Sí, venceremos la guerra económica, pero eso no quiere decir que culminarán las agresiones al país. Creo que a partir de la propia presión estadounidense hemos logrado transformaciones importantes.
La creación de los Comité Locales de Abastecimiento de Producción (Clap) hizo que nuestro pueblo asumiera que el tema económico no era algo alejado, sino que debía estar en sus manos.
Tenemos que superar muchas rémoras de la dependencia rentista, y estoy convencida que vamos a una transformación profunda y radical de nuestra economía. No es una tarea fácil, pero es la única vía para lograr una verdadera independencia.
Incluso, elementos tácticos como el petro, por ejemplo, son profundamente vanguardistas y se preparan para un escenario mundial donde se desplaza al dólar.
Justo por la guerra económica, Venezuela debió pasar a la vanguardia. Vamos a vencer esta guerra económica.
RT: De resultar reelecto Nicolás Maduro este 20 de mayo ¿cuál será la prioridad de su nuevo mandato?
B.E.: Lo ha dicho el presidente candidato, una de las tareas fundamentales es el tema económico y enfrentar todos los mecanismos brutales de agresión que impuso la guerra económica y que tienen mucho ver con delitos contra la moneda venezolana.
La creación de un mecanismo de transacción y negociación con el mundo fuera del patrón dólar (Petro) y el impulso al modelo productivo. Además de un golpe certero a la especulación y la corrupción que, en el escenario de la guerra, se exacerban.
Ernesto J. Navarro
** Lea también las entrevistas con Jorge Alejandro Rodríguez, miembro del comando de campaña del candidato Henri Falcón, y con Carlos Jiménez, jefe de campaña del candidato Javier Bertucci.