El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, anunció que la nueva reconversión monetaria, que entraría en vigencia el 4 de junio, fue postergada, a petición de la asociación que agrupa a los dueños de los bancos locales. Sin embargo, a pesar de la demora anunciada, el presidente declaró que "la reconversión monetaria es un hecho".
Este cambio de la moneda local se presenta como una de las medidas para combatir la crisis económica por la que atraviesa esta nación latinoamericana, ya que una de sus características es la escasez de dinero en efectivo dentro del país, así como la fuga y venta de billetes venezolanos en la ciudad colombiana de Cúcuta.
Así que en breve, el país tendrá billetes con denominaciones de 2, 5, 20, 50, 100, 200 y 500 bolívares, así como monedas de 0,50 y 1 bolívar. Mientras dejarán de circular los actuales de de 10.000 y 20.000 bolívares.
Según el decreto 3.332, la unidad del sistema monetario se reexpresa en el equivalente a 1.000 bolívares actuales. "El bolívar resultante de esta reconversión, continuará representándose con el símbolo 'Bs.', siendo divisible en cien (100) céntimos", explica el texto legal.
Simplificación
Con la reconversión, "se reduce 1.000 veces la cantidad de portador físico de valor, con el propósito de simplificar el uso de los medios de pago", explica Tony Boza, integrante del Observatorio Social para la transformación Económica y Productiva (OSTEP).
Esta simplificación, agrega el economista, permitirá ahorrar papel moneda, energía empleada en las transacciones y hasta en la impresión de los respaldos de facturación. Algo que debe traducirse "en un ahorro general para la sociedad".
Por otra parte, la reconversión monetaria decretada por Maduro, "generará un proceso de apreciación, aunque no es real, ya que se trata de un simple movimiento de escala. No deprecia ni aprecia el signo monetario, pero genera la sensación de fortalecimiento", señala Tony Boza.
No obstante, el economista precisa que, aunque se trata de un "asunto de orden subjetivo", es una variable que también impactará en la economía.
Segunda oportunidad
La entrada en vigencia de la nueva familia de monedas y billetes venezolanos, es la segunda reconversión monetaria que aplica esta nación en los últimos en 10 años. En el año 2008, el entonces presidente Hugo Chávez también decretó la eliminación de tres ceros a la moneda cuando creó el 'Bolívar Fuerte'.
Con el avance de los niveles de inflación, el actual presidente venezolano amplió, en 2016, la familia del Bolívar Fuerte con la inclusión de billetes de 500, 1.000, 2.000, 5.000, 10.000 y 20.000 bolívares.
Sin embargo, el propio gobierno nacional ha expresado que esos billetes perdieron rápidamente su valor a causa de la acelerada inflación, el robo de la moneda local y las presiones internacionales como las sanciones financieras aplicadas por Estados Unidos.
Semejanzas y diferencias
El nuevo cambio monetario se asemeja a la anterior reconversión en varios aspectos:
- Se sustituye todo el cono monetario.
- Se reduce tres ceros en la escala.
- Se persigue la simplificación de las transacciones.
- La experiencia acumulada facilitará el proceso a los ciudadanos.
Pero se diferencia otros aspectos:
- La reconversión de 2008 tomó cerca de un año para su implementación.
- Hubo una declaratoria de convivencia entre ambos conos monetarios (el entrante y el saliente).
- No había escasez de efectivo circulante.
- La inflación no era tan elevada.
Otras medidas
En opinión de Manuel Sutherland, economista adscrito al Centro de Investigación y Formación Obrera de Venezuela (CIFO), la reconversión se hace "normal y necesaria" toda vez que el país registra una "hiperinflación", que ha provocado la "subida sideral" y la suma de muchos ceros a los precios de las mercancías.
Sin embargo, apunta Sutherland, el problema central de la reconversión, es que se decreta "sin tomar las medidas suficientes" para combatir la crisis económica. "Si esta situación persiste, en poco meses se tornará inútil el valor de los nuevos billetes y monedas. Se depreciará muy rápidamente y eso solo significará un gran gasto para la nación".
En este sentido, el investigador sugiere que "lo ideal es controlar la hiperinflación y desacelerarla" y poner a circular billetes reciclados, como los de 100 bolívares actuales (que pronto dejarán de usarse), y luego aplicar la reconversión".
Ernesto J. Navarro