La cancelación del partido amistoso entre Israel y Argentina fue provocada por el riesgo percibido por los jugadores argentinos de incidentes que atenten contra su seguridad. Sobre esto comunica la Embajada israelí en el país sudamericano, precisando que hubo "amenazas y provocaciones dirigidas a Lionel Messi".
Dichas amenazas contra la estrella del equipo "lógicamente suscitaron la solidaridad de sus pares y el temor a concretar el amistoso", afirman desde la misión diplomática, señalando que los mismos deportistas israelíes han sido objeto de violencia y atentados en su país. A pesar de esto, sostienen que la amistad entre ambos países "no se dirime en un partido de fútbol".
La Federación Palestina de Fútbol felicitó a los seleccionados argentinos "por negarse a ser utilizados como un puente para alcanzar fines no deportivos", según informa AFP. Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, condenó la cancelación e hizo un llamado a "no capitular ante grupos antisemitas que apoyan el terrorismo".
El encuentro correspondía al último juego de preparación de la albiceleste de cara al Mundial de Rusia 2018, e iba a ser disputado el 9 de junio en Jerusalén en el estadio Teddy Kollek, levantado sobre las ruinas de una aldea palestina después de la guerra árabe-israelí de 1948.
La escogencia de esa sede arrastró al equipo argentino al conflicto político y religioso que afronta la región, al punto que el presidente de la Asociación Palestina de Fútbol, Jibril Rajoub, llegó a pedir a los hinchas quemar fotos de Messi y camisetas albicelestes.