La Procuraduría de Pensilvania (EE.UU.) posee pruebas de la complicidad del Vaticano en el encubrimiento de abusos sexuales a menores que presuntamente fueron perpetrados durante décadas por cientos de sacerdotes en ese estado, según ha declarado el fiscal general Josh Shapiro.
"23 miembros de un gran jurado se reunieron por dos años y sacaron a la luz más de 300 sacerdotes depredadores y más de 1.000 víctimas —niños— en Pensilvania. Encontraron que no solo hubo un abuso sexual generalizado con violaciones de niños, sino que había un encubrimiento sistemático que llegaba hasta el Vaticano", aseveró Shapiro en entrevista con NBC.
Las declaraciones del fiscal general se producen en el marco de la investigación más completa jamás realizada en EE.UU. sobre agresiones carnales ligadas a la Iglesia católica. Desde que el informe fue revelado a mediados de mes, la línea telefónica especializada en abusos perpetrados por clérigos en Pensilvania ha recibido más de 700 llamadas, indicó el funcionario.
"Los líderes de la Iglesia mentían a los feligreses los domingos y protegían a estos depredadores de las autoridades, pero documentaban todo y lo colocaban en archivos secretos a tan solo pocos metros de los obispos", afirmó Shapiro.
El fiscal general calificó este proceder como "inexplicable" y aseguró que se cuenta con los medios para probarlo.
"Tenemos evidencia de que el Vaticano tenía conocimiento del encubrimiento", aseveró el funcionario. Aclaró, no obstante, que no se han encontrado nexos con el actual sumo pontífice: "No puedo hablar específicamente respecto al papa Francisco", subrayó.
Respecto a las declaraciones previas de un obispo de que la Iglesia de hoy "no es la que se describe en el informe", Shapiro fue contundente. "La violación de niños en 1970 es lo mismo que la violación de niños en 2018 [...] no lo toleraremos", acotó.