Las tropas estadounidenses comienzan a regresar a casa desde Siria como parte de una nueva etapa en la lucha contra el Estado Islámico (EI). Así lo afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, según cita Reuters.
"Estas victorias sobre el EI en Siria no señalan el final de la Coalición Global [para derrotar a ese grupo terrorista] o su campaña. Hemos comenzado a enviar de vuelta a casa a las tropas estadounidenses al tiempo que pasamos a la siguiente fase de esta campaña", afirmó la vocera en un comunicado.
Previamente se había reportado que la salida de las tropas sería efectuada de manera inmediata y comprendería los cerca de 2.000 soldados estadounidenses presentes en el territorio sirio. Según trascendió, se ha establecido una ventana de tiempo de entre 60 y 100 días para que se complete la retirada de los militares, mientras que el personal diplomático abandonaría el país en 24 horas.
Ya no hay motivo
Trascendió que la decisión fue tomada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, que a su vez afirma que ya no hay motivo para permanecer en la nación árabe. "Hemos derrotado al Estado Islámico en Siria, la única razón de nuestra presencia allí durante la Presidencia de Trump", aseveró el mandatario.
De acuerdo con los reportes, el retiro de estas tropas no afectaría a las que se encuentran presentes en el país vecino de Irak, desde donde el Pentágono mantendría su capacidad de lanzar ataques contra el territorio sirio. Tampoco se extendería a las operaciones aéreas de la coalición liderada por EE.UU., que podrían ser lanzadas desde Catar y otras bases en la región.
Trump y Erdogan
La medida se produce días después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunciara que su país se encuentra listo para lanzar una operación contra las milicias kurdas "en cualquier lugar del territorio sirio", afirmando que fue aprobada por Trump.
Según indicó un oficial estadounidense a Reuters, la decisión se gestó durante la llamada telefónica del pasado viernes entre esos mandatarios. "Todo lo que ha seguido es la implementación del acuerdo que se hizo en esa llamada", afirmó el funcionario.
De acuerdo con el periodista Pablo Jofré Leal, la decisión es "positiva", ya que las tropas estadounidenses "nunca han sido invitadas" al país. El analista internacional realiza además una aclaración en torno a la supuesta victoria de EE.UU. sobre el EI: "Esto es parte de las continuas mitomanías de Trump respecto a adjudicarse victorias que no posee".
Reacciones desde Rusia
Esta semana, Rusia había enviado una nota al Departamento de Defensa de EE.UU. expresando una "profunda preocupación" porque en el territorio controlado por EE.UU. al este del Éufrates no se ha logrado "ningún progreso significativo" ni en el proceso político ni en la restauración "de una vida pacífica y una infraestructura socioeconómica".
Ahora, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso afirma que la decisión crea una perspectiva positiva para normalizar la situación en Siria. "Una historia muy importante que puede derivarse de esta decisión es una posibilidad real y genuina de un acuerdo político", indicó la portavoz de la Cancillería, María Zajárova.
Sin embargo, políticos rusos han sugerido que podría haber otros motivos detrás del anuncio de la Casa Blanca. "Quizás se esté preparando algún tipo de provocación", indicó a RIA Novosti el primer vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma Estatal, Alexánder Sherin, precisando que, si se llega a dar, Trump mencionaría el retiro de tropas "para que no haya sospechas hacia el lado estadounidense".
Por su parte, el jefe del Comité de Asuntos Internacionales de la Cámara Alta del Parlamento ruso, Konstantín Kosachev, recuerda que hay una presión interna en EE.UU. para que Trump no se entrometa en los asuntos de los demás sin dejar de proteger los intereses nacionales.
"La decisión, por lo tanto, puede tener un doble fondo: retirar a los estadounidenses, pero continuar operando a través de aliados, incluidos los no oficiales y los cuestionables", aseveró Kosachev.
EE.UU., terrorismo y refugiados
Desde hace meses se escuchan voces en Washington sobre la salida de las tropas estadounidenses de Siria, donde permanecen de forma ilegal, según el criterio del Gobierno de Bashar al Assad. En marzo, el actual inquilino de la Casa Blanca anunció el pronto retiro de los soldados.
Sin embargo, un mes después, EE.UU. estableció una nueva base militar en la provincia de Alepo, en un territorio controlado por los combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS).
En agosto, Damasco afirmó que la base militar estadounidense de At Tanf, cerca del campamento de refugiados sirio de Rukban, corresponde a una fuente de desconfianza por la que los refugiados temen regresar a varias ciudades ahora libres de terroristas.
Ese campamento, situado en la frontera sirio-jordana, alberga a más de 50.000 sirios que se ven obligados a sobrevivir en condiciones muy difíciles mientras los terroristas de varios grupos se esconden del Ejército sirio en su territorio, según condena Moscú.