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EE.UU. entra en la lista de los diez países más peligrosos para las mujeres en 2018
La inclusión del país norteamericano en esta lista se debe a la gran incidencia de la violencia tanto sexual como no sexual.
La Fundación Thomas Reuters ha publicado una edición actualizada de su 'ranking' de los diez países más peligrosos para las mujeres. Lo encabeza la India, mientras que el continente americano está representado por un solo país: Estados Unidos.
Durante siete años los expertos de la fundación han estado evaluando distintos factores que hacen intolerable la situación de la mujer o llegan incluso a provocarles la muerte. En 2011 la fundación ya elaboró una lista de los cinco países que presentan mayores riesgos tanto para las mujeres locales como para las extranjeras; ahora destacan una decena.
Entre estos diez países EE.UU. ocupa el décimo puesto, aunque en el caso concreto de la violencia sexual comparte la tercera posición con Siria. Por violencia sexual se entiende tanto la "violación como arma de guerra" como la violencia perpetrada en el entorno doméstico o por personas ajenas a la víctima, así como el acoso sexual y la coerción al sexo y la falta de acceso a la justicia para las mujeres víctimas.
En la categoría de violencia no sexual los expertos colocaron al país norteamericano en el sexto lugar, entre Pakistán y Arabia Saudita y por delante de la República Democrática del Congo. En esta lista concreta figura también México, que comparte la novena posición con Somalia.
En la suma de seis las áreas clave que se tuvieron en cuenta para elaborar la lista, los países aparecen en este orden de mayor a menor peligrosidad: 1. India, 2. Afganistán, 3. Siria, 4. Somalia, 5. Arabia Saudita, 6. Pakistán, 7. República Democrática del Congo, 8. Yemen, 9. Nigeria, 10. Estados Unidos.
La incidencia del movimiento #MeToo hizo que EE.UU. entrara a formar parte de los países más peligrosos para las mujeres por primera vez en junio del 2018. Un sondeo entre 548 expertos enfocados en distintos problemas y asuntos femeninos, científicos, trabajadores sanitarios, legisladores, periodistas y miembros de organismos no gubernamentales ha permitido confirmar aquella estimación.
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