A medida que se acerca el 29 de marzo, fecha fijada para la salida oficial de Reino Unido de la Unión Europea, la palabra 'infierno' aflora cada vez con más frecuencia en los discursos de los altos cargos europeos. Esta vez ha sido Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, que este miércoles comparó su trabajo en Bruselas con el infierno, informa The Guardian.
"Soy mucho menos católico que mi buen amigo Donald. Creo en el cielo y nunca he visto el infierno, con la excepción del tiempo en que estuve haciendo mi trabajo aquí [en el Ejecutivo comunitario]. Es el infierno", indicó Juncker.
De esa manera el presidente de la Comisión respondió a la pregunta de si estaba de acuerdo con la afirmación su colega Donald Tusk, jefe del Consejo Europeo, que anteriormente había sugerido que los partidiarios del Brexit tendrían "un lugar especial en el infierno".
Por su parte, Guy Verhofstadt, coordinador del Parlamento europeo para el Brexit, mantuvo 'encendido' el tema con el siguiente tuit: "Dudo que Lucifer los reciba; como hicieron con Reino Unido, podrían arreglárselas para dividir el infierno".
El pasado 14 de enero Juncker y Tusk enviaron una misiva conjunta a la primera ministra británica, Theresa May, en la que reafirmaban que no habrá cambios en el acuerdo del Brexit y abordaban la cuestión del 'backstop', una de las dificultades centrales de este proceso.
Este plan, que se prevé temporal, pero para el que no hay una fecha límite establecida, mantendría a todo el Reino Unido en la unión aduanera y a Irlanda del Norte alineada con el mercado único europeo en lo que se refiere a bienes. Se trata de una medida especial para evitar una frontera dura entre el Úlster y la República de Irlanda.
El pasado 15 de enero el Parlamento británico rechazó el acuerdo para el Brexit propuesto por May. Además, el martes de la semana pasada la libra esterlina cayó después de que la Cámara de los Comunes rechazara una enmienda para retrasar el Brexit.
El próximo 29 de marzo de 2019 es la fecha límite para que Reino Unido abandone la UE, tal como se estipuló el un acuerdo firmado entre las partes. Sin embargo, para que ello se produzca, es necesario que el Parlamento británico ratifique el texto negociado entre Londres y el resto de los países miembros.