Luego de años de trabajo, la NASA logró fotografiar por primera vez las ondas de choque de dos aviones supersónicos Test Pilot School T-38, de la Fuerza Aérea de EE.UU., en el momento en que rompen la barrera del sonido.
Para ello, utilizaron la tecnología llamada AirBOS, un sistema de captura de imágenes que puede hacer tomas a 1.400 cuadros por segundo, aunque funciona solamente durante tres segundos, por lo que fue necesario coordinar su funcionamiento con el momento exacto en que las aeronaves entraban en cuadro, detalló la agencia espacial de EE.UU.
Gracias a la técnica fotográfica llamada 'schlieren' se obtuvieron las imágenes de la interacción de las ondas de choque, que se producen debido a los rápidos cambios de presión generados cuando se vuela de manera supersónica. Esas ondas se fusionan a medida que viajan por la atmósfera y son las que producen lo que se denomina un 'boom' sónico, es decir, una especie de explosión generada por un avión cuya velocidad supera a la de las ondas de sonido.
Neal Smith, ingeniero de investigación del AerospaceComputing Inc., en el Centro de Investigación Ames de la NASA, detalló que lo que se observa en las imágenes es "un flujo supersónico". "Lo que es interesante, si miras el T-38 de atrás, ves que esos choques interactúan en una curva", describió y explicó que eso "se debe a que el T-38 de atrás está volando en la estela del delantero, por lo que los choques tendrán una forma diferente". "Esta información realmente nos ayudará a mejorar nuestra comprensión de cómo interactúan estos choques", concluyó.
Cómo fue el procedimiento
Para tomar las inéditas imágenes, la cámara fue instalada en un avión B-200 King Air de la NASA, que volaba a unos 9.000 metros de altura. Unos 600 metros por debajo iban los T-38, con el líder nueve metros delante del otro, que iba tres metros más abajo.
Así, tras calibrar todos los componentes, las aeronaves pudieron ser fotografiadas en el momento exacto en que rompieron la barrera del sonido, produciendo las ondas de choque.
"El mayor desafío fue tratar de conseguir el tiempo correcto para asegurarnos de que pudiéramos obtener estas imágenes", explicó Heather Maliska, gerente del subproyecto AirBOS, quien agregó que los "pilotos de la NASA y de la Fuerza Aérea hicieron un gran esfuerzo".
Toda la información obtenida continuará bajo análisis y servirá como base para establecer nuevas técnicas que permitirán mejorar este tipo de pruebas en el futuro, incluyendo el desarrollo de los vuelos silenciosos de investigación supersónica con el avión X-59.