Michel Temer deja la cárcel de Río de Janeiro tras la resolución de la Justicia brasileña
El expresidente de Brasil Michel Temer abandonó este lunes la prisión de la Superintendencia de la Policía Federal, en la ciudad de Río de Janeiro, tras la resolución judicial que ordenaba poner fin a su prisión preventiva por considerar que no respetaba sus garantías constitucionales.
La orden fue impartida por el Tribunal Regional Federal (TRF2) de Rio de Janeiro, y tuvo efecto también para el exministro de Minas y Energía, Moreira Franco, así como para otros sospechosos detenidos acusados de corrupción.
A través de un escrito, el magistrado del TRF2, Antonio Ivan Athié, encargado de resolver ante un habeas corpus presentado por la defensa de Temer, explicó que pese a los "indicios" existentes contra el exmandatario, referentes a supuestos sobornos recibidos en 2014, la prisión de Temer de forma preventiva (hasta la celebración de un proceso) no tiene justificación legal.
Ex-presidente Michel Temer deixa a Superintendência da Polícia Federal na Zona Portuária do Rio de Janeiro. Veja a cobertura completa no #JN, às 20h30. pic.twitter.com/GNoM1NcRJa
— Jornal Nacional (@jornalnacional) 25 de marzo de 2019
El político fue detenido el jueves pasado, acusado de liderar una "organización criminal" que recibía sobornos a cambio de favorecer a empresas ya condenadas por el escándalo de corrupción que giraba en torno a la petrolera estatal, Petrobras. Además, la Fiscalía lo acusó de organizar un mecanismo delictivo para desviar durante 40 años una cifra total que ronda los 473 millones de dólares.
El pedido de cárcel había sido solicitado inicialmente por el juez Marcelo Bretas, mientras avanza el proceso judicial en contra del exmandatario.
Por su parte, Athié aclaró que él, al igual que gran parte de la ciudadanía, también quiere que acabe la corrupción y ver al país libre de estos delitos. Sin embargo, expresó: "Con la violación a las normas no hay combate a esa plaga". En su resolución, afirmó que Temer no representa una amenaza para el orden público, y por ello no habría motivos para encerrarlo sin una sentencia previa.