"Un insulto desde su creación": La OTAN celebra su 70.º aniversario con una crisis sin precedentes
Este 4 de abril se cumplen 70 años de la creación de la OTAN y esa organización trasatlántica nunca ha sufrido una crisis como la que atraviesa hoy en día debido a la actitud del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, según explica Kim Sengupta en el diario británico The Independent.
En otras circunstancias este aniversario sería "espléndido", pero el entusiasmo se ha "contenido" porque todos los miembros de la Alianza son "perfectamente conscientes" de que el mandatario estadounidense "les amonesta con frecuencia" mientras "critica poco a Rusia" y "nada" a su presidente, Vladímir Putin.
De todos modos, los líderes occidentales "se han acostumbrado a esta situación" después de los insultos que Trump les dedicó en Bruselas (Bélgica) en julio de 2018 y de cómo se desarrolló la conferencia anual sobre seguridad en Múnich (Alemania) el pasado febrero.
El 2 de abril, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, visitó la Casa Blanca. Después, Donald Trump tuiteó que ese hombre le había comunicado que su organización había recaudado "mucho más dinero que nunca" gracias a la labor del presidente de EE.UU. Sin embargo, Sengupta asegura que "no es cierto" que realizara ese presunto logro personal.
Jens Stoltenberg, NATO Secretary General, just stated that because of me NATO has been able to raise far more money than ever before from its members after many years of decline. It’s called burden sharing. Also, more united. Dems & Fake News like to portray the opposite!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 27 de enero de 2019
Reino Unido acogerá la 70.ª cumbre de la OTAN el próximo diciembre. Para entonces, espera estar fuera de la Unión Europea, pero un Gobierno británico tras ese Brexit podría verse comprometido a "decidir dónde se encuentra si la división entre Trump y sus aliados Europeos sigue aumentando", subraya Kim Sengupta.
Nada que celebrar
Por su parte, el columnista John Wight considera que "la existencia de la OTAN desde su creación es un insulto" para los millones de personas que murieron durante "la épica lucha" para "derrotar al fascismo durante la Segunda Guerra Mundial" para que naciera la Carta de las Naciones Unidas", su testamento "más significativo y duradero".
Este hombre estima "imposible" leer el preámbulo de ese documento sin lamentar "los nobles ideales que abraza y la nefasta realidad" que vino después, "el azote de guerra y conflicto que ha crecido hasta convertirse en una realidad casi diaria en todo el mundo".
Hace 70 años, esa alianza militar surgió de "los objetivos de la Guerra Fría ideados por una Administración Truman repleta de halcones fanáticos con un único objetivo de dominación", cuando el anterior Gobierno estadounidense de Roosvelt consideraba a Moscú "un aliado indispensable en la guerra contra la Alemania nazi", como reflejó Gore Vidal en su ensayo 'El último inperio' (1997).
A pesar de que en 1990 el secretario de Estado norteamericano, James Baker, aseguró al presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, que la OTAN no se expandiría "ni una pulgada" hacia el Este tras la reunificación de Alemania, la ruptura de esa y otras promesas es la base del deterioro de las relaciones entre Occidente y Rusia aún vigente.
Por la causa del imperialismo
Tras la caída de la URSS, la OTAN actuó por el mundo "no en el nombre de la democracia, sino por la causa del imperialismo". El 'neocon' Thomas Friedman escribió abiertamente sobre esta idea: "La mano oculta del mercado nunca trabajará sin un puño oculto" de las compañías armamentísticas, una visión que "compartían los traficantes de influencias de Washington", ya fueran demócratas o republicanos.
Para ellos, "el mundo era un gran banquete con el que se iban a dar un festín" y "el primer plato" era la antigua Yugosalavia, con "sus abundantes recursos humanos y naturales" y "su ubicación estratégica en los Balcanes".
Wight recuerda la obra 'Matar a una nación', en la que Michael Parenti destacó que tras la caída del comunismo en Europa del Este, la República Federal de Yugoslavia era "el único país que no había descartado de manera voluntaria la parte del socialismo que conservaba" ni tenía interés en unirse a la OTAN.
"La meta final" era lograr "la privatización completa y la 'tercermundicación'" tanto de ese país como del resto de Europa del Este, con vistas a establecer "un mercado libre global y neoliberal" que otorgaría "aún más riqueza y poder a los que estaban arriba", opina el analista.
Resume que en función de su papel a la hora de "destruir Yugoslavia, ayudar a que Afganistán se convirtiera en un estado fallido en vez de democrático, destrozar Libia y amenazar a Rusia ya no es verosímil o posible albergar cualquier esperanza prolongada de que la OTAN sea otra cosa que una bestia gruñona del poder duro que EE.UU. no solo despliega para proteger y defender, sino para destruir y dominar".
Por este motivo, Wight concluye que el 70.º aniversario de la creación de la OTAN es "causa de lamentación, no de celebración", con lo cual "el único modo digno de celebrarlo es con un minuto de silencio en recuerdo solemne de sus innumerables víctimas".