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Agricultores argentinos exigen mejores condiciones de venta para sus productos a través de 'verdurazos'

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En el marco de esa peculiar protesta los campesinos entregan de forma gratuita sus productos a la población.
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En Argentina una particular manifestación crece con el paso de los meses. En ella los agricultores toman las calles para llevar a cabo los así llamados 'verdurazos'. Los productores agrícolas regalan frutas y verduras como señal de protesta.

Eligen esa peculiar forma de protesta para que los habitantes de la ciudad conozcan los problemas a los que afrontan los pequeños productores, incluidos abusos en la cadena de comercialización, y para exigir al Estado mejores condiciones de trabajo en el sector rural.

Pero, ¿quiénes están detrás de los llamados 'verdurazos'? Hay productores independientes como Javier Acchura, quien trabaja 7 hectáreas en las afueras de Buenos Aires. Es parte de la segunda generación de agricultores que aún no tiene acceso a la propiedad de la tierra.

"Hay familias que viven de este trabajo y que quieren tener una mejor condición de vida. Al no tener propiedad (…), no podemos edificar porque hay dificultades, no te dejan edificar porque tienen miedo que nos quedemos con las tierras", comenta Acchura.

Futuro incierto para la agricultura orgánica

Javier trabaja más de 12 horas diarias para producir frutas y verduras más sanas de manera artesanal sin la utilización de agroquímicos. Sin embargo, se siente frustrado para seguir adelante con su pasión debido a los bajos precios que se pagan por sus productos y demás dificultades que tienen los pequeños y medianos agricultores.

"Como padre de familia hay veces que te hace pensar, te hace dudar y me digo: 'sigo haciendo esto o dejo todo, me voy a una ciudad y me busco un trabajo'", agregó Acchura.

Los 'verdurazos' son organizados por la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), una entidad que reúne a más de 15.000 campesinos de todo el país. Sufrieron la represión policial pero no doblegaron en sus reclamos. El 90 % de los integrantes de ese gremio alquila el lugar donde cultiva, por lo que desde hace más de 6 años reclaman que el Estado brinde créditos hipotecarios blandos y avale una transición hacia la agroecología.

"Cada vez son menos los pequeños productores que producen alimentos para millones de personas. El aumento de los costos, el aumento de las tarifas, la devaluación, todas son medidas que nos perjudican una tras otra. Y por otro lado, no hay ninguna medida que contenga, que apoye, que fomente, la producción de alimentos", aclaró Agustín Suárez, coordinador de la UTT.

Otro de los inconvenientes que se presentan está en la cadena de comercialización. Los grandes intermediarios son además formadores de precios al momento de comprar la mercadería. Para evitar la especulación en el pago, la UTT inauguró dos Almacenes de Ramos Generales en Buenos Aires, espacios donde los pequeños agricultores comercian directamente sus productos. Esta iniciativa favorece no solo a los campesinos sino también a los consumidores, ya que estos pueden acceder a productos de calidad y a menor precio.

"Es muy buena la mercadería y los precios son muy razonables", "creo que en definitiva termino ahorrando, pero lo que más me motivó a venir es consumir productos que no tengan tantos agroquímicos", son algunos de los comentarios de los consumidores, quienes además esperan que esos espacios se multipliquen.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) afirma que la agricultura familiar es el sector que más puede ganarle al hambre del mundo. Con esa premisa, los pequeños campesinos de Argentina prometen seguir con sus peculiares protestas en las principales ciudades. La ofrenda de alimentos será solo una forma para demostrar que hay un sector rural que resiste y apuesta a una nueva manera de generar alimentos.

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