Cuando Turquía reciba los sistemas antiaéreos rusos S-400, gozará de "importantes ventajas estratégicas" tanto en la política energética del Mediterráneo oriental como "en la ecuación de seguridad de Oriente Medio"; y EE.UU. "lo sabe", escribe el analista Fuat Uğur en un artículo para Türkiye.
Intereses de seguridad
De entrada, Uğur pronostica que, gracias a los nuevos sistemas, cuando comience la operación contra las Unidades de Protección Popular (YPG) y el Partido de la Unión Democrática (PYD) en el norte de Siria, EE.UU. "no podrá proporcionarles el apoyo aéreo deseado".
Para el autor del artículo, detrás del "temor" de EE.UU. y de su aliado Israel, así como de sus "reacciones violentas" al acuerdo sobre los S-400, está el hecho de que Turquía no será ahora un objetivo fácil para los enemigos.
Además, mientras que los códigos de los sistemas S-200 o S-300 ya son más o menos conocidos para Israel y EE.UU., los del S-400 no los pueden descifrar, ya que su software será preparado especialmente para Turquía.
Intereses económicos
Por otro lado, el alcance de 400 kilómetros de los sistemas rusos cubre la plataforma continental turca en el Mediterráneo (370 kilómetros), recuerda el experto. Según explica Uğur, el Mediterráneo oriental "despierta el apetito" de varios países debido a sus ricas reservas de recursos energéticos, de modo que ya se ha convertido en un "almacén de armas".
En este contexto, Ankara va a defender sus intereses económicos y su seguridad nacional, con la ayuda de los S-400 rusos, asegura el analista turco.
"Librarse de la dependencia"
Según el autor del artículo, Ankara hizo durante décadas lo que quería su "socio estratégico", sufriendo, en resultado, siempre pérdidas. Así ocurrió durante la primera operación militar en el golfo Pérsico, cuando Turquía, a solicitud de EE.UU., detuvo completamente su comercio fronterizo con Irak y bloqueó el oleoducto, subraya el experto.
Por otro lado, cuando Washington se preparaba para comenzar la segunda operación contra Irak y quería utilizar para ello el territorio de Turquía, el Gobierno turco rechazó el plan, lo que llevó por primera vez a un enfriamiento de las relaciones de los dos países, recuerda Uğur, concluyendo que para "proteger" sus intereses, Ankara necesita "librarse" de la dependencia de EE.UU. y de Occidente.
- EE.UU. ha advertido reiteradamente que Turquía no podrá participar en el programa para crear y adquirir los cazas polivalentes F-35 si compra a Rusia los sistemas de misiles antiaéreos S-400 Triumf, argumentando que no son compatibles con las defensas de la OTAN y que su adquisición comprometería la seguridad de la Alianza.
- El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, resaltó durante una reunión mantenida el pasado 8 de abril con su homólogo ruso, Vladímir Putin, que nadie puede obligar a su país a no comprar los S-400 rusos, ya que esa decisión es "un derecho soberano" de Ankara.
- El mandatario turco aseveró después que el programa F-35 estará "condenado al colapso" si Turquía se queda al margen.
- El ministro turco de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, considera que Turquía podría alcanzar un nuevo acuerdo con Rusia para la entrega de sistemas S-400 si Washington se niega a suministrar a Ankara sus complejos antiaéreos Patriot. Además, el canciller aseguró que su país podría encontrar otro proveedor de cazas para sustituir a los F-35 estadounidenses hasta que Turquía tenga capacidad de fabricar sus propios aviones de combate.