El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, ha señalado este martes que Turquía no podrá participar en el programa para crear y adquirir los bombarderos F-35 después del despliegue de los sistemas de misiles antiaéreos S-400 que ese país comprará a Rusia, durante una audiencia de un subcomité del Senado de EE.UU.
El pasado 5 de abril, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, confirmó la culminación del acuerdo entre Ankara y Moscú para adquirir los sistemas antimisiles S-400 y espera recibir esos dispositivos el próximo julio.
Asimismo, este lunes Erdogan reiteró durante una reunión con su homólogo de Rusia, Vladímir Putin, que nadie puede obligar a su país a no comprar los S-400 rusos porque se trata de "un derecho soberano".
Por su parte, el Pentágono aún presiona para que los turcos abandonen su plan de adquirir armamento a los rusos, argumentando que no son compatibles con las defensas de la OTAN y que su adquisición comprometería la seguridad de la Alianza.
La semana pasada, el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, cuestionó el estatus de Turquía en la OTAN y afirmó que Ankara debe elegir entre mantener su peso "como socio crucial" de la Alianza o tomar decisiones imprudentes que socaven esa organización.
- Turquía ha insistido durante mucho tiempo en que, como nación soberana, tiene el derecho de elegir a sus socios comerciales y proveedores de armas, enfatizando que comprar sistemas rusos es vital para la defensa nacional del país en el contexto del conflicto sirio justo a sus puertas
- Además de las tensiones por los acuerdos de armas, Turquía ha expresado su preocupación por el apoyo de Washington a las milicias kurdas que están a la vanguardia de las Fuerzas Democráticas Sirias. Ankara considera a las fuerzas kurdas tanto en Siria como en Irak como una extensión terrorista del Partido turco de los Trabajadores del Kurdistán