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El FBI revela que examinó pruebas del supuesto pelo de un yeti y desclasifica los resultados
Los documentos han revelado que las muestras enviadas a la agencia en 1976 pertenecían a un ciervo.
El FBI ha desclasificado este miércoles a través de una solicitud de la Ley de Libertad de Información (FOIA) los resultados del análisis de los cabellos que supuestamente pertenecían a un yeti.
De acuerdo con News Week, el director del Centro de Información y Exhibición de Pie Grande ('Bigfoot', en inglés), Peter Byrne, envió a la División de Servicios Técnicos y Científicos del FBI una muestra de 15 cabellos en 1976 para solicitar una prueba del tejido, que según se cree, pertenecían a un primate peludo anómalo que vagaba por los bosques de América del Norte.
"No nos encontramos a menudo con pelo que no podemos identificar y el pelo que tenemos ahora, unos 15 cabellos adheridos a un pequeño trozo de piel, es el primero que obtuvimos en seis años que creemos que puede ser importante", escribió Byrne.
No obstante, el análisis bajo microscopio de las raíces del cabello, las estructuras internas, el grosor de la cutícula y los patrones han demostrado que los pelos pertenecían a "un miembro de la familia de los ciervos" y la agencia devolvió la muestra al hombre.
Reacción en las redes
La noticia fue recibida con humor en Twitter, donde los internautas se burlan de la escala de la importancia de la investigación.
"No creo que esté listo para este conocimiento ¿Alguien está listo?", ha comentado un usuario.
"¿Han abierto los archivos X?",se preguntó otra internauta refiriéndose a la serie de ficción 'X-Files' (conocida en España como 'Expediente X').
— Andrea Marie (@DaniPayson) 5 июня 2019 г.
"Confirmado por el FBI: Pie Grande puede transformarse en un ciervo. Es por eso ha sido tan difícil de atrapar", bromeó otro usuario de Twitter.
La revelación del FBI se produce pocas semanas después de que el Ejército indio afirmara en Twitter haber visto huellas de un yeti durante una misión en el Himalaya.
No obstante, luego un oficial del Ejército de Nepal aseguró que las huellas halladas por los soldados indios pertenecían, probablemente, a un oso salvaje y no a un yeti.
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