"La guerra de la piña": EE.UU. usa la pizza hawaiana para advertir sobre operaciones malignas de Gobiernos extranjeros

El Departamento de Seguridad Nacional estadounidense (DHS, por sus siglas en inglés) ha publicado una guía oficial que explica cómo detectar interferencia hostilde Rusia y otros gobiernos en asuntos internos de EE.UU., poniendo como ejemplo una pizza hawaiana.

La publicación, creada por la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Seguridad Cibernética (CISA) del DHS, utiliza el acalorado debate entre los que gustan de comer pizza con piña y los que rechazan esa combinación, como un ejemplo de los temas que podrían ser usados por agentes extranjeros para sus propios fines.

"Los influenciadores extranjeros están constantemente en busca de oportunidades para inflamar los problemas candentes en EE.UU.", advierte la CISA. "No lo hacen para ganar algo con argumentos; quieren vernos divididos", añade.

Según la guía, titulada "La guerra de la piña: entendiendo la interferencia extranjera en cinco pasos", ese proceso generalmente sigue ciertos patrones:

1. Se escoge un tema que cause discordia en la sociedad, como la pizza hawaiana
2. Se activan en redes sociales las correspondientes cuentas dedicadas a promover el tema
3. Se amplifica y distorsiona el debate para llevarlo a extremos
4. Se procura trasladar la controversia a los principales medios de comunicación
5. Se intenta convocar protestas u otros eventos que cobren vida en el mundo real

La CISA, creada para contrarrestar amenazas cibernéticas tras las últimas elecciones en EE.UU., afirma no tener evidencia de que Moscú haya realizado tales operaciones en torno a los ingredientes de la pizza, pero sí en otros ámbitos.

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"En el pasado, los agentes del Kremlin han organizado o financiado protestas para avivar las divisiones entre los estadounidenses", señala el documento, que se presenta como parte de los esfuerzos de seguridad estadounidenses de cara a las elecciones de 2020. "Ellos crean páginas de eventos y piden a los seguidores que salgan [a confrontarse]", asegura.

Desde Moscú, sin embargo, se ha negado categóricamente la supuesta injerencia rusa en los comicios norteamericanos de 2016 y en cualquier otro proceso electoral. "Me da risa cuando oigo que se ha intentado socavar la democracia estadounidense con imágenes graciosas", manifestó el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, al calificar tales señalamientos de "paranoia extrema".

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