El exfiscal general de Brasil Rodrigo Janot ocupó este viernes las portadas de los principales medios del país al afirmar que en 2017, cuando estaba en el cargo, quiso "matar a un juez" y después suicidarse.
En una entrevista a varios medios de comunicación, con motivo de la publicación de un libro de memorias, Janot, que dirigió el Ministerio Público entre 2013 y 2017, explicó que fue al Supremo Tribunal Federal (STF) armado con una pistola con la intención de matar al juez Gilmar Mendes, por unas insinuaciones hechas sobre su hija.
"No iba a ser una amenaza. Realmente iba a asesinarlo [a Gilmar]. Lo iba a matar y luego suicidarme", comentó a O Estadão. Janot explicó que todo comenzó en mayo de 2017 cuando pidió que se suspendiese a Gilmar de los casos relacionados con el empresario Eike Batista, condenado por corrupción, porque el bufete de abogados que lo defendía era el mismo en el que trabajaba la mujer del juez.
Como represalia, según él, Mendes "inventó la historia" de que su hija defendía a la constructora OAS implicada en el caso de la Operación anticorrupción Lava Jato, lanzada por el propio Janot y que llevó a prisión a un buen número de políticos y empresarios. "Mi hija nunca fue abogada del área penal (...) ahí me enojé" subrayó.
Janot detalló que fue al STF armado y encontró a Gilmar tomando un café. "Estaba solo", explicó. "Fue la mano de Dios. Fue la mano de Dios", dijo para justificar el motivo por el que finalmente no llevó a cabo su plan.
En una nota enviada a la prensa, Mendes recomendó ayuda psiquiátrica a Janot y lamentó que durante un tiempo "una parte del proceso legal" del país estuviese en manos de una persona que "confiesa tener impulsos homicidas".

