La decisión de la OTAN de expandirse hacia el este de Europa fue "el mayor error estratégico de Occidente", estima el expresidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov.
El exmandatario rememora en su nuevo libro 'Qué está en juego: el futuro de un mundo global' (publicado hasta el momento en alemán y en ruso) cómo se debatió ese tema durante los últimos años de la Guerra Fría .
En la obra, aborda una época en la que el bloque militar comunista, conocido como Pacto de Varsovia, todavía existía (finales de los años 1980), y vivía, al igual que la Alianza Atlántica, un proceso de revisión de sus doctrinas militares. En ese momento incluso se firmó un tratado de reducción de las Fuerzas Armadas, apoyado por los países miembros de ambas coaliciones, recuerda el líder soviético.
Asimismo, Gorbachov responde a la acusación, muy común entre la sociedad rusa actual, que le señala por no haber llegado a un "acuerdo jurídicamente vinculante" con los socios occidentales para evitar que la OTAN se expandiera. Proponer tal acuerdo en las circunstancias de la época "habría sido absurdo, un despropósito", sostiene. "Nos habrían acusado de desmantelar por sí solos el Pacto de Varsovia", afirma el expresidente, cuyas ideas recoge RIA Novosti este lunes.
Por otro lado, el político retirado insiste en que en 1991 existió una forma de conservar la URSS como una "federación real y efectiva" mediante la puesta en marcha de su proyecto democrático, que concedía más autonomía a las repúblicas soviéticas. Sin embargo, lamenta, la línea de los partidarios de la desunión prevaleció y las autoridades rusas siguieron el camino a la desintegración.
Recuperar la confianza
El que fuera jefe de Estado soviético entre 1985 y 1991 opina que recuperar la confianza entre Rusia y Occidente es la tarea más importante de la política mundial e insta a no culpar a Moscú de la situación actual y a no exigirle pasos solo al Kremlin. Además, desaconseja tratar de aislar Rusia socavando sus relaciones con otros países: "Lo trataron de hacer en más de una ocasión, tanto en el último lustro como antes, pero no lo consiguieron".
"No creo que el colapso de la confianza producido en los últimos años sea fatal e irreversible", valora el exdirigente el enfriamiento de estas relaciones. "Lo considero un fallo, un fracaso, un error, pero los errores son remediables". Para corregir este problema, sostiene, son precisos tiempo, paciencia y capacidad de diálogo.
Fundamentos para reclamaciones
Así, el exmandatario escribe que Rusia se mostró dispuesta a una cooperación constructiva durante la primera década de los 2000, pero esa buena disposición no fue correspondida por parte de Occidente, por lo que no se produjeron pasos en materias relevantes para Moscú, como la no expansión de la OTAN, la estabilidad estratégica, la defensa antimisiles o el suministro de hidrocarburos a Europa.
"Cada paso de Rusia ha sido visto en Occidente bajo la sospecha de que hay 'ganas de recuperar la URSS', de conseguir una 'revancha geopolítica'", afirma Gorbachov, quien añade que "siempre ha considerado infundadas esas sospechas".
Para 2007, año en que el presidente Vladímir Putin intervino en la conferencia de seguridad de Munich, "Rusia tenía muchos más fundamentos para presentar reclamaciones serias a los socios occidentales", estima el exlíder soviético, que ve "natural y definitiva" la decisión de Putin de implementar una política exterior independiente, tal y como anunció en esa misma cumbre.