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La presunta violación de una concursante en Gran Hermano que escandaliza a España: "Este tema no debe salir de aquí"

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El diario español 'El Confidencial' destapó un caso que los responsables del 'reality show' parecían querer ocultar a la opinión pública.
La presunta violación de una concursante en Gran Hermano que escandaliza a España: "Este tema no debe salir de aquí"

El viernes 3 de noviembre de 2017 tuvo lugar el episodio más oscuro en la historia del concurso Gran Hermano en España. Esa noche, los concursantes celebraban una fiesta como parte de las actividades del 'reality show'. Lo que ocurría en la casa podía seguirse en directo por Internet, en la web oficial del programa, que realiza una emisión durante las 24 horas. Sin embargo, en una de las habitaciones del recinto en el que se graba el concurso, ocurrió algo que la audiencia no pudo ver: una concursante, semiinconsciente por el alcohol ingerido, fue presuntamente violada

Al día siguiente, el programa emite un misterioso comunicado en el que informa de la expulsión de José María Pérez, un concursante de 24 años, atribuyéndole "una conducta intolerable" sin aportar más información. También indica que la dirección del programa consideraba "oportuno" que Carlota Prado, la presunta víctima, abandonara la casa.

Ante la falta de otras explicaciones, la audiencia de Gran Hermano no entiende lo sucedido hasta que, dos días más tarde, el diario El Confidencial informa que el director de contenidos del 'reality show' había acudido a la Guardia Civil para denunciar una presunta violación de Jose María a Carlota. 

Poco después, comienza a circular por las redes el fragmento de un video en el que se aprecia como el concursante denunciado aborda a Carlota, que por entonces era su pareja, en un sofá, en el que ella se encuentra sentada y aparentemente muy afectada por el alcohol ingerido durante la fiesta que se está celebrando. Es la noche de los hechos.

El encuentro de Jose María y Carlota en el sofá termina, tal como se puede observar en el video, en un forcejeo: él parece decidido a querer llevársela de allí, mientras los movimientos de ella reflejan una clara resistencia. Esa escena es el preludio de lo que poco después sería denunciado ante la Guardia Civil.

El fin de un silencio de casi dos años

A partir de ese momento, un extraño y largo mutismo se cernió sobre el caso. El presunto agresor desapareció del programa y ella siguió participando en el show, bajo la prohibición explícita –y extendida al resto de concursantes– de mencionar lo sucedido

No fue hasta dos años más tarde que Carlota decidió romper ese agónico silencio, en una entrevista concedida también a El Confidencial. 

En esa publicación, Carlota explica lo sucedido, refiriéndose a Jose María como "esa persona" ("porque me resulta imposible decir su nombre", aclara) y denuncia la inacción del equipo de Gran Hermano frente a lo que considera una flagrante agresión sexual perpetrada mientras ella se hallaba semiinconsciente. "No llego a explicarme cómo el programa lo permitió", admite la joven. 

Indicios "de un delito de abuso sexual": el auto de la jueza de instrucción 

La magistrada de instrucción que investigó la denuncia presentada por Gran Hermano establece en su auto al respecto, emitido el pasado mes de octubre, que "existen indicios de que la conducta del recurrente pudiera ser constitutiva de un delito de abuso sexual". 

Según su escrito, José María Pérez ignoró las reiteradas negativas de Carlota Prado, que "se hallaba sin apenas moverse, boca arriba, con los ojos cerrados desde que se metió en la cama", mientras que "José María se encontraba en un estado de consciencia cuando ocurrieron los hechos".

"Me pusieron el video con lo que sucedió esa noche"

El caso ha vuelto con fuerza a la actualidad tras la filtración de un video en el que se aprecia como los responsables del programa obligan a la concursante a visionar la escena de su presunta violación, en un habitáculo de la casa de Gran Hermano conocido como 'el confesionario', en la mañana inmediatamente siguiente a la noche de los hechos.

En la mencionada entrevista, Carlota ya había expresado su enfado por este motivo: "Me dijeron que me tranquilizara y que tenía que ver unas imágenes. Y en ese momento me pusieron el video con lo que sucedió esa noche, sin avisarme de lo que estaba a punto de ver", explica la joven.

La grabación filtrada muestra a la concursante horrorizada visionando esas imágenes y, llegado un punto, suplicando que paren. "Yo no soy especialista, pero tendría que haber estado una persona a mi lado, un psicólogo o alguien que me ayudara a enfrentarme a esas imágenes tan duras", explicó Carlota a El Confidencial.

"Jamás me preguntaron si yo quería ver eso", denuncia la joven, especificando que de haber sido consultada al respecto, "hubiera dicho que no". "Yo no hubiese querido tener para el resto de mi vida esa mierda en la cabeza", añadió.

Durante la conversación que mantienen Carlota y 'el super' [la voz en off que representa a Gran Hermano en la casa para comunicarse con los concursantes] tras el visionado de las imágenes, tiene lugar la siguiente recomendación por parte del representante del show: "Carlota, este tema, por José María y por ti, por el bien de ambos, no debe salir de aquí".

El mero hecho de que Carlota fuese grabada mientras presenciaba la presunta violación ya ha suscitado un considerable escándalo en España, en relación a los difusos límites éticos con que parece haber operado Gran Hermano ante esta situación, ya seriamente cuestionados por la pasividad que demostró el equipo al grabar la escena sin impedirla.

Un momento delicado en España

El caso de la presunta violación de José María a Carlota cae en estos días en un terreno abonado para la polémica y para la reflexión, en especial habiendo sido categorizado por la jueza instructora de la causa como un posible caso de "abuso sexual" y no de agresión sexual.

Esta distinción es objeto de un intenso debate en el seno de la sociedad española, surgido tras una serie de casos en los que la justicia ha aplicado este tipo penal a violaciones en las que la víctima se hallaba inconsciente o indefensa por alguna circunstancia que le impedía oponer resistencia

Especialmente importante es que las condenas por abuso sexual suelen acarrear una carga penal inferior a la de las condenas por agresión sexual, por lo que el hecho de que la víctima no oponga una resistencia física evidente puede redundar en beneficio del agresor a la hora de aplicarle la ley. 

El famoso caso de la Manada de los sanfermines, en el que cinco hombres violaron a una joven de 18 años en 2016 fue sentenciado en un primer momento como abuso sexual, aunque posteriormente hubo una rectificación y se aplicó la condena bajo el tipo penal de agresión sexual.

Un caso similar tuvo lugar en la localidad barcelonesa de Manresa (Cataluña, España), en el que otra 'manada', compuesta por otros cinco violadores, atacó a una menor de tan solo 14 años de edad en estado de semiinconsciencia. La sentencia de la Audiencia de Barcelona les condena por delitos de abusos sexuales, pero no de agresión sexual.

David Romero

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