El coronavirus pone a prueba la mayor experiencia de trabajo desde el hogar a nivel mundial
La cuarentena establecida por las autoridades chinas para tratar de combatir la expansión del coronavirus convirtió a varias ciudades en sitios fantasmas, con calles vacías y comercios, fábricas y oficinas cerradas. Surgió entonces la necesidad de continuar con las labores desde el hogar, multiplicándose las videoconferencias y los contactos a través de aplicaciones digitales. Sin embargo, a algunos sectores estas prácticas no los favorecen.
"Es una buena oportunidad para probar el trabajo desde casa a escala", expresó Alvin Foo, director gerente de la agencia de publicidad Reprise Digital, con sede en Shanghái, que tiene 400 empleados, publicó Bloomberg. Sin embargo, reconoció que esta práctica "no es fácil para una agencia de publicidad creativa" que trabaja en base al intercambio de ideas "en persona".
El rubro de la hotelería en China también debió recurrir al trabajo desde el hogar, tal como lo contó Tiko Mamuchashvili, responsable de la organización de eventos en el hotel Hyatt de Pekín. Sin embargo, debido a la cancelación de los eventos, desde su casa todo lo que puede hacer es "responder correos electrónicos".
La experiencia masiva de trabajar desde el hogar plantea además un interrogante: ¿Qué ocurre con la productividad? Una respuesta la brindó un estudio realizado en 2015 por la Universidad Stanford, de California (EE.UU.), entre los trabajadores del centro de atención telefónica de la agencia de viajes china Ctrip. El resultado fue una mejora de 13 % debido a los entornos más cómodos y a que se tomaban menos descansos.
Los sectores perjudicados
Pese a que muchos rubros de la economía optaron por extender el período de receso de sus empleados tras el Año Nuevo Lunar e instruirlos para cumplir sus tareas desde el hogar, para algunos sectores esta no es una opción viable.
Uno de ellos es el financiero, ya que de acuerdo con Bloomberg, las transacciones bancarias y bursátiles en los primeros 30 días del año fueron la mitad de las del mismo período de 2019. En ese sentido, el analista Ting Lu, de la compañía japonesa de servicios financieros Nomura, advirtió que "lo peor está por venir", y agregó que los efectos del coronavirus en la economía china podrían ser peores que los provocados por el síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés) que afectó al país entre 2002 y 2003.
Otra empresa complicada por la falta de actividad es el fabricante de carcasas de teléfonos celulares Casetify, con sede en Hong Kong, que esperaba duplicar sus ventas durante este año. No obstante, las fábricas que le proveen los materiales están cerradas, por lo que debió pedir a sus empleados que trabajaran desde sus casas. En consecuencia, una nueva tienda en el aeropuerto de Hong Kong está vacía y las ventas se hundieron.
El 'stock' que tienen alcanzará para unos 30 días, pero si las fábricas no reabren pronto, Casetify admitió que no tiene un plan alternativo y su situación se volverá aún más complicada, al igual que la de muchas otras compañías en China y en el resto del mundo.