Un pez herbívoro podría ser clave para superar el calentamiento global
Un pez completamente herbívoro de la costa oeste de EE.UU. podría ser la respuesta al calentamiento global y a los inminentes cambios que el aumento de la temperatura en la Tierra tendrá sobre la dieta humana, estima un grupo de científicos universitarios de California.
Se trata de la especie conocida como abrojo cara de mono ('Cebidichthys violaceus'), cuyo hábitat natural son las pozas de marea del litoral de la costa pacífica de EE.UU., donde se alimenta de algas rojas y verdes. Un comunicado de la Universidad de California en Irvine destaca que este pez tiene un sistema digestivo similar al de los humanos.
Los investigadores se plantearon esclarecer cómo consigue el abrojo sobrevivir en un medio donde las fuentes de alimento contienen un bajo nivel de lípidos, que son esenciales para todos los seres vivos. Al secuenciar y ensamblar el genoma de varios ejemplares, el equipo descubrió cuál es el secreto, y que este se encuentra en el sistema digestivo del pez.
El abrojo cara de mono tiene una excelente capacidad de degradar el almidón, especificó el profesor Donovan German, miembro del equipo científico. "Y también supimos que se ha adaptado para ser muy eficiente descomponiendo los lípidos, a pesar de que los lípidos representan solo el 5% de la composición de las algas. Es un ejemplo convincente de lo que llamamos 'especialización digestiva' en el genoma", valoró.
Vegetarianismo sostenible
El abrojo cara de mono es una de las aproximadamente 1.500 especies de peces herbívoros que viven en el planeta (en torno al 5 % de su número total) y solo come las algas que encuentra en abundancia en los pozos de marea donde vive. Debido a esta dieta, la especie podría ser muy atractiva para la piscicultura, que sería mucho más sostenible en comparación con la cría de peces carnívoros o de la ganadería, cuyos costos ambientales y económicos son elevados.
"El uso de ingredientes alimenticios a base de plantas reduce la contaminación y cuesta menos", valoró Joseph Heras, el principal autor del artículo, publicado por el equipo la semana pasada en la revista Proceedings of the Royal Society B.
El experto recordó que la mayoría de los peces criados actualmente en piscifactorías "son carnívoros y no pueden manejar los lípidos de las plantas". Además, la secuenciación del genoma del abrojo "permite comprender mejor qué tipos de genes son necesarios para descomponer el material vegetal".
El pez en cuestión alcanza aproximadamente 70 centímetros de largo. No es muy agraciado de aspecto, pero tiene un sabor delicado y suave. En la última década se ha convertido en un apreciado manjar que aparece en la carta de pescados en varios restaurantes de alta gama.
Los biólogos destacan también otra propiedad que es muy útil tanto para el propio pez en su entorno natural como para su futura cría, y es que el abrojo es capaz de respirar durante un máximo de 37 horas fuera del agua.