El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó este viernes la actual crisis en la región siria de Idlib como "uno de los momentos más alarmantes" en toda la historia de ese conflicto, que ya dura casi una década.
"Este es uno de los momentos más alarmantes durante toda la duración del conflicto sirio. Sin una acción urgente, el riesgo de una escalada aún mayor crece por horas", advirtió Guterres, subrayando que ahora "la necesidad más urgente es un alto el fuego inmediato antes de que la situación se salga completamente de control".
"Al contactar con todas las partes involucradas, envié un mensaje simple: retroceder desde el borde de la escalada", señaló el jefe de la organización, sin especificar con quién exactamente se puso en contacto.
Los civiles pagan el precio más grave
António Guterres subrayó asimismo que en este conflicto, "como siempre, los civiles están pagando el precio más grave". Así, recordó que en los últimos tres meses casi un millón de personas han tenido que huir de sus hogares, mientras que los ataques aéreos continúan golpeando escuelas, instalaciones médicas e incluso campamentos de refugiados.
Igualmente reiteró que "no hay solución militar" para el conflicto en Siria y que el único camino para la paz en esa nación árabe es un "proceso político facilitado por la ONU de conformidad con la resolución 2254 del Consejo de Seguridad", que insta a un alto el fuego en todo el país.
"Es hora de dar una oportunidad para que la diplomacia funcione y es esencial que la lucha cese", remarcó.
Asimismo, Guterres informó que la ONU se está preparando para enviar una misión humanitaria a Idlib, a fin de evaluar la situación real en el noroeste de Siria. Hasta el momento, en la región no hay representantes de esa organización internacional.
Idlib, foco caliente de tensiones
Idlib, el último enclave activo de la oposición siria, vive actualmente un muy serio incremento de las tensiones luego de que Turquía impactara más de 200 objetivos del Gobierno sirio en esa región, como represalia por el ataque realizado este jueves por las fuerzas gubernamentales de Bashar al Assad, en el cual murieron al menos 33 soldados turcos y varios resultaron heridos.
Al primeras horas de este sábado (hora local), el Ministerio de Defensa turco anunció que sus tropas continúan atacando objetivos del Gobierno sirio en la región, al tiempo que informó que un soldado turco murió y otros dos resultaron heridos en un ataque de artillería de las fuerzas sirias.
El Ministerio de Defensa de Rusia, por su parte, declaró que los soldados turcos atacados este 27 de febrero por las fuerzas del Gobierno sirio se encontraban entre "formaciones de grupos terroristas". Al mismo tiempo, el organismo subrayó que las coordenadas de ubicación proporcionadas a ese respecto por Ankara indicaban que "no había ni debía haber unidades de las Fuerzas Armadas turcas en el área de Behun", donde se produjo el ataque.
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