Turquía ha permitido que sus puestos de observación en la provincia siria de Idlib —establecidos allí bajo un acuerdo con Rusia en 2018— "se fusionaran" virtualmente con las tropas de los terroristas, declaró este miércoles el vocero del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov.
Según el memorando firmado en la ciudad rusa de Sochi en 2018, Ankara asumía la responsabilidad de efectuar el repliegue de los extremistas y de su armamento pesado a 15-20 kilómetros del límite de la zona desmilitarizada, recordó el portavoz.
Sin embargo, en los casi 18 meses transcurridos desde entonces, bandos reconocidos como terroristas por la ONU desplazaron a la llamada "oposición moderada" hacia la frontera turca en el norte, añadió.
'Bombardeos diarios'
"Ha tenido lugar una fusión de las áreas fortificadas de los terroristas con los puestos de observación turcos desplegados bajo los acuerdos [de Sochi]", manifestó Konashénkov, citado por TASS.
Debido al incumplimiento por Turquía de sus obligaciones, la base aérea rusa de Jmeimim, en la república árabe, así como poblaciones civiles, han sido blancos de innumerables bombardeos llevados a cabo por terroristas desde la zona de distensión. Estos ataques "han pasado de ser esporádicos a diarios", precisó el representante militar ruso.
En respuesta a esta situación —añadió—, fueron las fuerzas del Gobierno sirio las que finalmente aseguraron a comienzos de febrero la zona de desescalada acordada en Sochi, expulsando a los terroristas de una franja de 15-20 kilómetros.
Asimismo, de esta forma el Ejército sirio abrió al tránsito civil la autopista M5 —que une Damasco, la capital, con las ciudades de Homs, Hama y Alepo—, tal y como quedaba estipulado en el memorando firmado por Erdogan y Putin.
Máxima tensión en Idlib
Las tensiones en la zona de desescalada de Idlib se intensificaron el pasado 27 de febrero, después de que los integrantes del grupo terrorista Hayat Tahrir al Sham (antiguo Frente Al Nusra) intentaran llevar a cabo una amplia ofensiva contra puestos de las tropas del Gobierno sirio.
La respuesta del Ejército sirio contra los terroristas también afectó a militares turcos: al menos 34 soldados murieron y más de 30 resultaron heridos. Desde el Ministerio de Defensa de Rusia explicaron que los militares turcos se encontraban entre "formaciones de grupos terroristas".
Ankara, por su parte, afirmó que Damasco pagará un "alto precio" por su ataque "traicionero" y empezó a atacar "todos los objetivos conocidos" del Gobierno sirio en represalia por la muerte de sus soldados.
Ultimátum turco
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha expresado este lunes que las bajas de soldados y las pérdidas de equipamiento militar sufridas por las fuerzas gubernamental de Siria por los ataques del Ejército turco y de los rebeldes "son solo el comienzo".
Según Ankara, a raíz de los bombardeos de sus fuerzas, el Ejército sirio habría perdido 2.557 combatientes, junto a 135 tanques, así como decenas de cañones, numerosos sistemas lanzamisiles y armas antiaéreas montadas sobre camionetas.
Asimismo, el mandatario turco exigió que las fuerzas del Gobierno sirio en el noroeste del país árabe se retiren a las ubicaciones indicadas por Ankara.
"Si no se repliegan tan pronto como sea posible hasta las líneas que Turquía ha determinado, no quedará ni una cabeza sobre sus hombros", advirtió Erdogan.
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