¿Será EE.UU. el 'gran perdedor' de su salida del Tratado de Cielos Abiertos?
La decisión del presidente de EE.UU., Donald Trump, de abandonar el Tratado de Cielos Abiertos es un paso contraproducente para su país. Así lo sugiere un artículo publicado en el diario alemán Die Welt, que subraya que "solo el Kremlin se beneficiará" de la retirada estadounidense del acuerdo internacional.
El Tratado de Cielos Abiertos de la Organización de Seguridad y Cooperación Europea (OSCE) es un pacto de control de armas que permite a sus 34 firmantes realizar vuelos de reconocimiento aéreo sobre los territorios de cualquier otro estado miembro, fotografiando desde el aire con una resolución de imagen limitada a 30 centímetros. Tras la salida de Estados Unidos del pacto, sus militares ya no tendrán la posibilidad de sobrevolar territorio ruso.
Según el artículo, firmado por el corresponsal del diario en Moscú, Pavel Lokshin, el presidente Trump podría haber tomado la decisión de sacar a EE.UU. del acuerdo bajo la presión de críticos que consideran posible efectuar vigilancia vía satélite. Entonces, si hay satélites espaciales, ¿por qué los países utilizan aviones de reconocimiento? Ello se debe a que los vuelos de reconocimiento aéreo son esenciales para aquellos países que no cuentan con satélites avanzados, como ocurre con estados europeos, en particular los ubicados cerca de la frontera rusa.
Para Estados Unidos, cuyos satélites sí tienen capacidad para tomar imágenes de buena calidad, los vuelos contemplados por el Tratado de Cielos Abiertos no aportan mucha información novedosa, opinan los críticos. No obstante, si Trump retira a EE.UU. del tratado, Washington ya no podrá publicar ni compartir los datos de los satélites por vía diplomática, destaca el periodista.
Según el corresponsal, la ruptura representa una amenaza para la seguridad en Europa; razón por la que el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, abogan por preservar tratado e intentan de convencer a Washington de que reconsidere su decisión.
Sin embargo, para Moscú la salida de Estados Unidos del Tratado de Cielos Abiertos "no cambiará casi nada", indica el autor, alegando que casi el 90 % de los vuelos realizados por Rusia en el marco del acuerdo tuvieron lugar en Europa.
¿Qué ocurrió?
El pasado jueves 21 de mayo, Donald Trump anunció que su país se retirará del Tratado de Cielos Abiertos y justificó la decisión debido a las supuestas violaciones por parte de Rusia. Oficialmente, la retirada de EE.UU. del acuerdo tendrá lugar en seis meses. Al mismo tiempo, la Administración estadounidense aseveró que podría "reconsiderar" su decisión si Rusia vuelve "al pleno cumplimiento" de los términos del pacto.
En particular, EE.UU. acusó a Rusia de rechazar el acceso a vuelos de observación dentro de un corredor de 10 kilómetros a lo largo de su frontera con Abjasia y Osetia del Sur, así como de restringir los vuelos sobre la ciudad de Kaliningrado, entre otras infracciones.
La portavoz del Ministerio ruso de Exteriores, María Zajárova, declaró Rusia también plantea desde hace mucho tiempo reclamaciones "muy claras" contra EE.UU. respecto a su forma de cumplir del tratado, incluyendo el establecimiento de distancia de vuelo máxima para los vuelos de observación sobre Hawái y las restricciones para los vuelos sobre el archipiélago de las Aleutianas (Alaska), entre otro.
Según señaló el viceministro de Exteriores ruso, Alexánder Grushkó, este paso de las autoridades estadounidenses socavará el sistema de seguridad militar en Europa. "Nuestra postura es completamente clara y constante: la salida de EE.UU. de este tratado será un golpe más contra el sistema de seguridad militar en Europa, que ya está debilitado por los pasos anteriores de la Administración", lamentó.
Además del rechazo de Moscú y de los aliados europeos, la decisión de Trump también ha generado una ola de críticas dentro del país. En particular, por parte de los demócratas del Congreso de EE.UU., que denuncian que el paso dado por Trump viola la Ley de Autorización de Defensa Nacional del año fiscal 2020, que "requiere que el Departamento de Defensa haga una serie de certificaciones con 120 días de anticipación a la activación de la cláusula de retirada del Tratado".
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