Nuevos descubrimientos realizados en una ciudad de 4.300 años de antigüedad arrojan luz sobre las raíces de la civilización china
Recientes descubrimientos realizados en el yacimiento arqueológico de Shimao –una ciudad neolítica en la provincia norteña de Shaanxi (China) que cuenta con una pirámide de 70 metros de altura y 24 hectáreas de base, así como vestigios de sacrificios humanos– arrojaron nueva luz sobre las raíces de la civilización china.
Antes de que las excavaciones se suspendieran a principios de este año debido a la pandemia de coronavirus, los arqueólogos hallaron en el lugar 70 esculturas en relieve en piedra en forma de serpientes, monstruos y bestias medio humanas que se asemejan a la iconografía posterior de la Edad del Bronce en el país asiático, comunicaron recientemente los especialistas a National Geographic.
Discoveries at a 4,300-year-old fortress city known as Shimao have archaeologists rethinking the roots of Chinese civilization https://t.co/nJR9tQ5SyP
— National Geographic (@NatGeo) August 8, 2020
Asimismo, la datación por radiocarbono determinó que algunas de las construcciones datan de hace 4.300 años, casi 2.000 años antes que la parte más antigua de la Gran Muralla y 500 años antes de que la civilización china arraigara en la Llanura Central.
"Shimao es uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de este siglo", resumió Sun Zhouyong, director del Instituto Provincial de Arqueología de Shaanxi y jefe de la excavación. "Nos da una nueva forma de ver el desarrollo de la primera civilización de China", agregó.
Por su parte, los científicos forenses comprobaron que casi todos los cráneos encontrados en el 2013 en 6 fosas de Shimao pertenecían a mujeres jóvenes, probablemente prisioneras. Su número y ubicación sugieren una decapitación ritual durante la colocación de los cimientos de la muralla, el primer ejemplo conocido de sacrificio humano en la historia china.
Los arqueólogos descubrieron también que varios bloques de piedra fueron tallados con diseños de rombos con miles de piezas de jade negro y verde oscuro, que servían tanto como talismán para alejar el mal como para proyectar el poder y la riqueza de las élites de la ciudad. La abundancia de objetos de jade indica que Shimao importaba grandes cantidades de este material.
"Lo que es significativo es que Shimao, junto con muchas otras zonas, muestra que la civilización de China tiene muchas raíces y no surge solo del crecimiento de la Llanura Central en medio del río Amarillo", subrayó Jessica Rawson, profesora de Arte y Arqueología China de la Universidad de Oxford.
Los investigadores conocían de la existencia de Shimao desde 1976, pero antes se creía que era solo una parte de la Gran Muralla China y en el lugar no se habían realizado excavaciones en profundidad. Ahora, los recientes trabajos en la zona determinaron que la urbe se extiende mucho más allá del propio muro.