Este miércoles comienza la moción de censura contra el Gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez que ha presentado el partido de ultraderecha Vox. Durante dos jornadas se debatirá la propuesta, con la intervención de todos los grupos parlamentarios y la réplica del Gobierno y se procederá a votar.
Antes de empezar ya se sabe que no prosperará, la duda estriba en cuán exiguos serán los apoyos recabados: si contará con el respaldo tan solo del grupo proponente o si se sumarán los escaños del principal partido de la oposición, el Partido Popular (PP), liderado por Pablo Casado, bien en bloque o de manera individual desoyendo la disciplina de partido.
¿En qué consiste?
Este miércoles y jueves se presentará ante el Pleno del Congreso de los Diputados la quinta moción de censura desde que se restauró la democracia en España en 1978, tras el fin del régimen franquista.
Se trata de un mecanismo constitucional constructivo, es decir, lo que tiene que decidir la Cámara es si da su apoyo a otro candidato a presidente del Gobierno. La pueden presentar al menos 35 diputados, por lo que Vox, con sus 52 representantes durante esta legislatura, está habilitado para ello.
En primer lugar, el representante de Vox, Ignacio Garriga, defenderá la moción sin límite de tiempo. A continuación intervendrá Santiago Abascal, líder de la formación ultraderechista y candidato a la Presidencia del Gobierno en esta moción. Por su parte, Pedro Sánchez, o el miembro del Gobierno a quien designe, podrá intervenir para replicar a cualquiera de los dos.
Tras un receso, intervendrán los portavoces de todos los grupos parlamentarios de menor a mayor representación en el Hemiciclo, por un tiempo de treinta minutos. Abascal podrá replicar a cada uno de ellos por espacio de diez minutos. Concluido el debate se procederá a la votación. Para salir adelante la moción necesita de la mayoría absoluta del Congreso: al menos 176 diputados.
Abascal como candidato
Cuando Vox anunció que presentaría una moción de censura, en el mes de agosto, sostuvo en numerosas ocasiones que Abascal no tenía ningún afán personal y que buscarían un candidato de consenso para intentar atraer el voto de otros partidos de la Cámara.
Finalmente, al no encontrar tal figura, será el propio Santiago Abascal el candidato a la Presidencia. Sin embargo, no será él quien defienda la necesidad de la moción, sino que lo hará el desconocido Ignacio Garriga. Este odontólogo de 33 años es diputado por Vox desde mayo de 2019.
Garriga será el candidato del partido ultra para las próximas elecciones catalanas y su designación al frente de la moción de censura se ha interpretado como una forma de darle a conocer en vísperas de los comicios.
Los números no dan
Por el momento la moción de Vox es la que se presenta con menos apoyos entre las debatidas. Hasta la fecha la que obtuvo menos votos fue la presentada por Alianza Popular (el partido que se convirtió en el Partido Popular) contra Felipe González en 1987. Su candidato, Antonio Hernández Mancha, solo obtuvo 67 votos. Por el contrario, la única que ha salido adelante ha sido la presentada por Pedro Sánchez en 2018 contra el Gobierno presidido por Mariano Rajoy, que obtuvo una mayoría de 180 escaños.
Por ahora Vox solo cuenta con los 55 votos que le aseguran sus propios diputados. La aritmética podría cambiar si finalmente se sumasen los votos de los representantes del PP, que con 85 escaños llevarían la suma hasta los 140.
El PP todavía no ha desvelado el sentido de su voto. Desde el principio aseguró que no respaldaría una moción condenada al fracaso y que su voto sería no. Sin embargo, en las últimas semanas diversas voces internas de la formación han abogado tanto por el sí, como por la abstención, como es el caso de la exportavoz parlamentaria del PP, Cayetana Álvarez de Toledo.
El resto de los partidos del arco parlamentario ya han anunciado su voto negativo ante la propuesta de la formación de ultraderecha.
¿Cuál es el objetivo?
Teniendo en cuenta que desde el principio era sabido que nunca se alcanzarían las cifras para que la iniciativa prosperase, son varias las hipótesis, que parten del oportunismo político, sobre la utilidad de llevar a cabo esta moción, una vez que no está en juego la continuidad del Gobierno de Sánchez.
Por un lado, se trata de ganar visibilidad en su pulso argumentativo frente a los miembros del Gobierno y las fuerzas que lo sostienen. Así, los dirigentes de Vox acusan al Ejecutivo de coalición de socialistas y Unidas Podemos (UP) de ser un Gobierno dictatorial y autoritario, criticando las medidas restrictivas impuestas para luchar contra la pandemia de coronavirus. Además, también les acusan de ser los responsables de las muertes producidas desde el estallido de la crisis sanitaria.
Por otro lado, el pulso también es con el Partido Popular, una vez que Vox se quiere hacer visible como la principal fuerza de la oposición, si no a nivel numérico, sí a la hora de dar voz con más contundencia a los críticos al gabinete de Sánchez. La intención es seguir arrebatando electorado a la formación de Casado en próximos comicios, sobre todo en los autonómicos, que les permitieran entrar a formar parte de algún Gobierno regional, lo que no ha sucedido hasta la fecha.
Una de esas próximas citas electorales es la que se dará en Cataluña en los próximos meses, después de la inhabilitación por el Tribunal Supremo del que era presidente de la Generalitat, Quim Torra. De ahí que Garriga lleve la voz cantante en esta iniciativa.
Mientras el Congreso se dedicará durante estas dos jornadas a debatir una moción de censura condenada al fracaso desde el momento de su planteamiento, el país se enfrenta a la crudeza de la segunda ola de la pandemia de coronavirus.
Madrid se encuentra bajo el estado de alarma decretado por el Gobierno el pasado día 9 de octubre; Cataluña aprobó el cierre de bares y restaurantes a partir del 16 de octubre; y Navarra ha decretado el cierre perimetral de la región, además del cierre de toda la hostelería, durante los próximos 15 días. Asimismo, el Gobierno estudia la posibilidad de implantar a nivel nacional el toque de queda, al igual que ya han hecho otros estados europeos.