La 'Gran Mortandad' producida hace casi 252 millones de años fue la mayor extinción conocida de especies biológicas y puso la vida en la Tierra al borde de la aniquilación completa al final del período Pérmico.
La ciencia tenía desde hace años una idea clara sobre el alcance de aquella catástrofe, y ahora una reconstrucción paso a paso de los procesos geoquímicos que la propiciaron y la acompañaron, ha permitido conocer con más detalle esta fase apocalíptica.
El estudio se llevó a cabo en Alemania, en colaboración con varios científicos de Italia y Canadá, tomando como base algunos recientes hallazgos en los Alpes italianos. El equipo investigador empleó técnicas analíticas de vanguardia y un innovador modelado geoquímico, según dice un comunicado del Centro Helmholtz para Estudios del Océano, con sede en la ciudad de Kiel.
Los científicos recurrieron, como se suele hacer en paleontología, a los restos fosilizados de ciertos organismos marinos, braquiópodos, pero con atención especial a la composición química de sus conchas y no a la evolución de las especies. El equipo, dirigido por la profesora Hana Jurikova, midió la presencia de los isótopos de boro y carbono en los depósitos de estas conchas capa por capa.
Según sus cálculos, la proporción entre estos elementos permite establecer el nivel de acidificación del océano para el Pérmico tardío y estimar las inmensas cantidades de dióxido de carbono liberadas a la atmósfera, puesto que el pH del agua y el CO2 atmosférico están estrechamente ligados. El estudio no aportó revelaciones nuevas sobre la causa de aquella emisión, puesto que los autores la consideraron consistente con los datos sobre una insólita actividad volcánica en lo que hoy es Siberia.
Emisiones del Pérmico y hoy en día
El cambio se produjo en cuestión de varios milenios e incluyó un fuerte efecto invernadero y calentamiento global. "Estamos ante una catástrofe en cadena en la que el aumento del CO2 en la atmósfera desató una serie de eventos que extinguieron paulatinamente casi toda la vida en los mares", comentó Jurikova.
Las estimaciones anteriores fijaron la tasa de mortandad en un 95 % del total de las especies que vivían en el océano durante el Pérmico.
Jurikova dice que "todas las reservas modernas de combustibles fósiles son insuficientes para liberar tanto CO2 durante cientos de años, y mucho menos miles de años como el que fue emitido hace 252 millones de años". No obstante, la tasa de emisión de CO2 por la actividad antropogénica es actualmente catorce veces mayor que la respectiva tasa anual "en el momento que marcó la mayor catástrofe biológica en la historia de la Tierra", algo que le parece "asombroso".
Muerte desoxigenada e intoxicada
El equipo necesitaba el modelo geoquímico para establecer la "dinámica del ciclo del carbono", especifica su artículo científico publicado a comienzos de esta semana. Esto permitió vincular aquellas inyecciones carbónicas en el medioambiente con las intrusiones del magma en Siberia, por un lado, y la disminución sustancial del pH del agua, por el otro.
Las elevadas temperaturas de la superficie del mar y los cambios en la producción y la circulación de nutrientes provocaron una desoxigenación generalizaday una intoxicación esporádica con sulfuro de los seres vivos de la época, según el estudio.
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