En España, este lunes continuaron las movilizaciones para pedir la libertad del rapero Pablo Hasél, condenado a nueve meses de prisión por los delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona y a las instituciones del Estado, por el contenido de varios tuits y algunas de sus canciones.
Barcelona, convertida desde hace siete días en el epicentro de la contestación social contra la sentencia al rapero y contra las sucesivas detenciones de manifestantes en las últimas jornadas, acogió una vez más, desde las 19:00 horas, una manifestación.
En la capital catalana, la manifestación se ha focalizado en el Arc de Triomf (Arco del Triunfo), tras ser convocada por los Comités de Defensa de la República (CDR).
Como en días anteriores, algunos manifestantes tomaron contenedores de basuras y los lanzaron al suelo para armar barricadas. Algunos intentaron, infructuosamente, prenderle fuego.
En esta convocatoria, aunque numerosa, hubo una menor asistencia que en las previas.
Los participantes se movilizaron hasta la Jefatura Superior de Cataluña, en la Vía Laietana, donde gritaron algunas consignas en favor de la libertad del rapero y lanzaron objetos contra el edificio. Luego siguieron su marcha por otras calles.
Según los Mossos d'Esquadra, se han activado "agentes del Área de Mediación" para garantizar que en Barcelona se ejerza "el derecho de manifestación de manera pacífica".
El cuerpo policial dijo, además, que "no hay interlocutores" que quieran dialogar con los agentes de seguridad, pero que continúan "trabajando en esta línea".
Manifestaciones en otras ciudades
Estas manifestaciones, al igual que en días previos, se han repetido en Tarragona, donde cientos marcharon, pacíficamente, por el centro de la urbe.
En esta ciudad, algunos de los participantes quemaron fotografías de integrantes de la Corona y portaron carteles en los que se leían consignas contra la monarquía.
Asimismo, en Girona, unas 200 personas, según la Policía local. En esta ciudad, los descontentos marcharon desde la plaza 1 d'Octubre hasta la sede de los juzgados.
Un terremoto político y social
Pablo Hasél fue detenido el pasado martes 16 de febrero en la Universidad en Lleida, su ciudad natal, donde se había atrincherado con simpatizantes para evitar su arresto.
Su arresto se dio para el cumplimiento de una pena de nueve meses y un día de cárcel por los delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias y calumnias a la Corona, por el contenido de 64 tuits y una canción de su autoría.
Dos días después, la Audiencia de Lleida confirma la sentencia que le pena con dos años y medio de cárcel por amenazar a un testigo en el juicio contra unos guardias urbanos y le condena por los delitos de obstrucción a la justicia y amenazas.
El cantante, además, acumula otra condena anterior a dos años de cárcel también por el delito de enaltecimiento del terrorismo dictada en 2014 y que le fue suspendida en 2019.