H&M se dispone a "recuperar la confianza de China" tras la controversia sobre el algodón de Xinjiang

"China es un mercado muy importante para nosotros y nuestro compromiso a largo plazo con el país sigue siendo fuerte", aseguró la compañía.

Este miércoles, la cadena de moda sueca H&M afirmó en un comunicado que quería recuperar la confianza de los clientes en China, tras una semana de boicots y muestras de rechazo por parte de clientes del país asiático debido a su negativa a usar algodón de Xinjiang.

"China es un mercado muy importante para nosotros y nuestro compromiso a largo plazo con el país sigue siendo fuerte", aseguró la compañía. "Estamos trabajando junto con nuestros colegas en China para hacer todo lo posible para manejar los desafíos actuales y encontrar un camino a seguir. Estamos decididos a recuperar la confianza de nuestros clientes, colegas y socios comerciales en China".

H&M añadió que quería ser un comprador responsable en China y en otros lugares, y que "ahora está desarrollando estrategias de futuro y trabajando activamente en los próximos pasos con respecto al suministro de materiales".

El pasado 23 de marzo, la Unión Europea, EE.UU., Canadá y el Reino Unido sancionaron a algunos funcionarios chinos y a una entidad, responsabilizándolos por supuestos abusos contra los derechos humanos a los que Pekín sometería a la minoría musulmana uigur en la región de Xinjiang, donde se recolecta una quinta parte de la oferta mundial de algodón. El mismo día, Pekín respondió con una medida similar contra la Unión Europea y luego también impuso restricciones contra Washington y Ottawa.

Los clientes chinos de las compañías que se habían negado a adquirir algodón de Xinjiang, como H&M, Nike y Adidas, no tardaron en mostrar su rechazo a esa decisión mediante actos de boicot en todo el país. Varias celebridades han cortado vínculos con esas compañías. H&M fue incluso eliminada de los principales sitios de comercio electrónico en China y las ubicaciones de sus tiendas desaparecieron de algunos mapas digitales.

Los Gobiernos occidentales acusan a Pekín de retener a un millón de personas pertenecientes a la minoría musulmana uigur en campos de reeducación. China, por su parte, niega todas las acusaciones de abuso, señalando que los campamentos son centros de formación profesional y parte de los esfuerzos para combatir el terrorismo.