"La actual crisis solo puede ser resuelta por los propios actores políticos venezolanos": inicia la primera ronda de diálogo en México

Con la claridad de que la crisis en Venezuela solo puede ser resuelta por los propios actores políticos del país, este viernes dio inicio en México a la primera ronda de diálogo entre voceros del Gobierno de Nicolás Maduro y representantes del sector radical de la oposición, que está previsto que se extienda hasta el próximo lunes, 16 de agosto.

Las conversaciones comenzaron este 13 de agosto a las 18:00 hora de México (19:00 en Venezuela) y contaron con la participación de Jorge Rodriguez, representando al Gobierno de Nicolás Maduro; Gerardo Blyde, jefe de la delegación opositora de la Plataforma Unitaria de Venezuela; y los mediadores Marcelo Ebrard, canciller de México, y Dag Nylander, del Centro Noruego para la Resolución de Conflictos. 

Las comitivas se reunieron en el Museo Nacional de Antropología e Historia, ubicado en la Avenida Reforma de la capital mexicana, para la "Inauguración del proceso de negociación y diálogo y firma del memorando de entendimiento de Venezuela". 

 "A nombre del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, nuestros mejores deseos de éxito en sus conversaciones, en bien del pueblo venezolano", dijo el canciller Ebrard durante su breve intervención que dio inicio al evento.

"Toda la comunidad de América Latina y el Caribe están con ustedes", agregó Ebrard. 

Por su parte, Nylander afirmó que "la actual crisis en Venezuela solo puede ser resuelta por los propios actores políticos venezolanos". 

En ese sentido, el jefe de la Misión Mediadora del Gobierno de Noruega llamó a los actores políticos venezolanos a asumir este proceso "con una actitud seria y constructiva". 

Aspectos claves y alcances

Asimismo, Nylander detalló que el objetivo es conseguir una negociación integral y pacífica para "establecer reglas claras de convivencia política y social con respeto absoluto a la Constitución nacional". 

En detalle, el mediador noruego apuntó que esperan que las partes avancen sobre los siguientes aspectos clave de las negociaciones:

• Derechos políticos para todos.
• Garantías electorales.
• Un cronograma para elecciones observables.
• El levantamiento de sanciones y la restauración de derecho a activos.
• Respeto al Estado Constitucional de Derecho.
• Una convivencia política y social.
• La renuncia a la violencia y la reparación a las víctimas de la violencia.
• La protección de la economía nacional y la protección social al pueblo. 
• Fijar garantías de seguimiento y verificación de lo acordado en México.

"Logramos que las controversias de las venezolanas y venezolanos, por razones políticas y sociales, puedan dirimirse por venezolanas y venezolanas, sin ningún tipo de injerencia", afirmó Rodríguez tras la firma del memorándum de entendimiento. 

El representante del Gobierno de Maduro expresó sus deseos de que las partes lleguen a "acuerdos tempranos".

"Propongo que avancemos en acuerdos urgentes para proteger, en términos sociales y de nuestra economía, al pueblo venezolano", agregó Rodríguez.   

En su intervención, el representante de la oposición, Blyde, admitió que el proceso "será complejo" y que "seguramente tendrá momentos muy difíciles". No obstante, el abogado destacó que las partes cedieron en un inicio con la convicción de que "el proceso es más que necesario".  

El objetivo final, de acuerdo con Blyde, es que "esta negociación funcione", y de esta manera, lograr "un acuerdo integral que beneficie a todos, en el que nadie se sienta vencido". 

En la víspera, Ebrard, dio la "más cordial bienvenida" a su país a las delegaciones que participarán "en la inauguración del proceso de negociación y diálogo", y añadió que ambas partes firmarán el "memorando de entendimiento de Venezuela".

El jefe de la delegación venezolana para el diálogo político, Jorge Rodríguez, llegó al Aeropuerto Internacional de Toluca, cerca de las 13:00 horas (de México), según informó en Twitter el presidente de la estatal Agencia Venezolana de Noticias (AVN), Pedro Ibáñez.

¿Qué se negocia?

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, indicó que las conversaciones con "la oposición guaidocista" se fundamentan en "tres exigencias firmes": levantar inmediatamente las sanciones extranjeras, reconocer a las autoridades legítimas y constitucionales, y que la oposición extremista renuncie "a la violencia y a la conspiración".

Además, el mandatario venezolano ha pedido incluir a todos los sectores de la oposición en la agenda de diálogo, grupos que ya han adelantado encuentros fructíferos con el Ejecutivo venezolano, que han servido para avanzar en la organización de las elecciones parlamentarias de 2020, la conformación del nuevo Poder Electoral (que fue calificado como "un acuerdo nacional histórico"), y las próximas 'megaelecciones' regionales y locales.

Del lado opositor, piden lograr "un consenso serio" que consiga convocar "un cronograma" para "elecciones libres y justas", con énfasis en "la presidencial" y que tenga "observación y respaldo internacional".

La mesa está servida: el Gobierno venezolano y la oposición radical se encontrarán en México para una nueva (y delicada) negociación

Además, piden la liberación de "presos políticos" y "garantías democráticas para todos los actores", y prometen trabajar con "las potencias internacionales" en el "levantamiento progresivo de las sanciones" si se cumplen "los objetivos" acordados.

Este nuevo capítulo del diálogo entre el Gobierno venezolano y el ala extremista opositora —que en 2019 intentó armar un Estado paralelo en Venezuela con la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente— cuenta con la mediación del Gobierno de Noruega y con el apoyo de México como territorio neutral para las negociaciones.

Los últimos esfuerzos de diálogo entre ambas partes se remontan a procesos infructuosos como los realizados en Santo Domingo, República Dominicana, en 2018 y las conversaciones celebradas en Oslo y en Barbados en 2019, que terminaron sin acuerdo luego que el Gobierno de EE.UU. —bajo la Administración de Donald Trump— se negó a aliviar las sanciones impuestas a Venezuela y, en cambio, decidió aumentarlas.