¿Cómo sigue la crisis política en Perú? El panorama que abre la obligada renuncia del ministro del Interior
El Gobierno de Pedro Castillo sigue sumido en la incertidumbre después del escándalo que provocó el ministro del Interior, Luis Barranzuela, al realizar una fiesta en su casa que violó las restricciones impuestas para contener la pandemia del coronavirus, lo que le costó el puesto.
La presión para que el presidente echara a un funcionario que llevaba apenas un mes en el cargo enrareció todavía más el clima político, a pocas horas de que el Congreso reanude la sesión en la que votará si otorga o no el voto de confianza al segundo gabinete que Castillo presenta en menos de tres meses de una gestión que ha estado marcada por la inestabilidad.
El debate parlamentario se llevará a cabo el jueves, pero no se puede anticipar el resultado debido a que el presidente ni siquiera cuenta con el apoyo de toda la bancada oficialista, además de que el voto de la oposición está dividido.
Sin embargo, como Barranzuela era una de las figuras más resistidas por los parlamentarios, el Gobierno espera que su obligada renuncia allane el paso para que por fin Castillo pueda contar con un grupo estable de funcionarios.
El exfuncionario había asumido envuelto en una serie de críticas, en particular porque fue abogado de Vladimir Cerrón, el dirigente del partido Perú Libre con el que Castillo ganó la presidencia, y quien ha roto su alianza con el mandatario mientras sigue envuelto en causas judiciales en las que se lo acusa de corrupción.
Barranzuela también defendió legalmente a Guido Bellido, el primer jefe de ministros propuesto por Castillo que duró sólo 70 días en el puesto y que está acusado de hacer "apología del terrorismo" por su presunto apoyo a la guerrilla Sendero Luminoso. Al igual que Cerrón, se peleó con el presidente y volvió a su curul en el Congreso, desde la cual mañana podría votar en contra del nuevo Gabinete.
Otro factor que pesaba contra Barranzuela eran las más de 150 sanciones que acumuló durante sus 27 años como oficial superior de la Policía Nacional de Perú.
Fragilidad
Castillo cumplirá el próximo sábado sus primeros 100 días de Gobierno sin haber logrado sostener a un gabinete y con amenazas permanentes de destitución por parte de la oposición, además de las peleas y rupturas internas en su propio partido.
En Perú, el presidente designa a un gabinete que debe ser validado con el voto de confianza del Congreso. De los 130 parlamentarios que conforman este órgano, Castillo necesita que mañana por lo menos 66 voten a favor de su equipo de trabajo.
El pasado 26 de agosto, después de dos largas sesiones, el parlamento aprobó al gabinete que encabezaba Bellido, con 73 votos a favor y 50 en contra. La amplia diferencia le otorgó un respiro político a Castillo.
Pero le duró poco, porque Bellido, señalado de formar parte de la izquierda más radical, comenzó a confrontar con la oposición y, además, con varios ministros y hasta el mismo presidente. La tensión entre ambos llegó a tal punto que el 6 de octubre Bellido renunció al cargo, lo que a su vez, de acuerdo con la legislación peruana, implica la renuncia de todo el gabinete.
Castillo designó entonces como nueva presidenta del Consejo de Ministros a Mirtha Vásquez, una dirigente con una imagen más cercana a la moderación progresista, defensora de derechos humanos y feminista.
Nuevo intento
La abogada se presentó el pasado 25 de octubre ante el Congreso para pedir el voto de confianza con un insistente llamado a la conciliación.
"El país atraviesa un momento muy difícil, sumado a la crisis sanitaria, la crispación política coloca a las y los ciudadanos en medio de un escenario de tensión que se ha prolongado incluso después del término de la campaña electoral y el inicio del Gobierno", advirtió la funcionaria en un discurso que duró más de dos horas.
"Nos corresponde ser capaces de construir en conjunto y y encauzar al país a la gobernabilidad y al bienestar colectivo. Mi presencia tiene como objetivo que logremos consensos, que logremos trabajar conjuntamente. La inestabilidad no solo es negativa para nuestro frágil sistema democrático", agregó.
La votación que se iba a realizar ese mismo día tuvo que suspenderse debido a la imprevista muerte del congresista oficialista Fernando Herrera Mamani, quien falleció de un paro cardiorrespiratorio.
Por eso, la crucial votación se postergó para el 4 de noviembre pero, en el medio, el ministro del Interior realizó la fiesta clandestina que fue descubierta por el canal de televisión Latina y que desató una nueva controversia que puede impactar en el resultado del debate parlamentario previsto para mañana.
Cecilia González
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