¿Cómo llegan los partidos? ¿Por qué son importantes?: El escenario de las elecciones legislativas de Argentina

Predomina la confianza opositora en repetir el triunfo obtenido en las primarias.

A cinco días de las elecciones legislativas en Argentina, las encuestas anticipan una derrota del Gobierno encabezado por el presidente Alberto Fernández y un sólido avance opositor que acomodará a las fuerzas políticas con miras a las presidenciales de 2023.

El próximo 14 de noviembre, los argentinos elegirán 127 de 257 diputaciones y 24 de 72 senadurías. La renovación parcial del Congreso es crucial, ya que los comicios se realizan justo a la mitad del mandato de Fernández y la integración de ambas cámaras influirá de lleno en el devenir de sus próximos y últimos dos años de gestión.

Fernández enfrenta estos comicios debilitado por los resultados de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que se realizaron el pasado 12 de septiembre. Aunque se supone que son procesos internos en los que cada partido define a sus candidatos, se han convertido en una gran encuesta nacional que revela el estado real de las preferencias electorales.

En esa jornada triunfó Juntos por el Cambio, la alianza conservadora en la que participa el expresidente Mauricio Macri, con el 41,5 % de los votos. El oficialismo peronista, aglutinado en el Frente de Todos, quedó en un lejano segundo lugar con un 32 %.

A nivel nacional, el partido del Gobierno perdió en 17 de las 23 provincias del país, y en la capital, en donde la derecha es imbatible desde 2007. En términos absolutos, perdió cuatro millones de votos con respecto a los que había obtenido en 2019.

El máximo temor del oficialismo es que esa diferencia se amplíe el 14 de noviembre, ya que debilitaría al extremo a Fernández. Por eso, la estrategia de los últimos dos meses se centró en bajar el perfil público del presidente y reforzar programas sociales para contener el pronunciado empobrecimiento del país producto de la crisis económica que dejó Macri, el impacto de la pandemia y un plan económico que no termina de convencer ni siquiera dentro de la alianza gobernante.

Tensión en los partidos

Las elecciones están envueltas en un halo de incertidumbre política, ya que desde ahora se especula con que, más allá de los resultados, Fernández renovará al gabinete, y uno de los primeros en la lista es el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien está inmerso en una decisiva renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que dejó Macri y que asciende a 44.000 millones de dólares.

De ese acuerdo depende que la economía argentina obtenga un respiro en medio de una persistente devaluación de su siempre inestable y confuso mercado cambiario, en el que conviven cotizaciones oficiales y paralelas que hoy registran una diferencia de casi el 100 %.

Además, las legislativas consolidarán o desdibujarán aspiraciones presidenciales.

En el caso del oficialismo, una de las principales figuras que pone en juego su futuro político en el corto plazo es el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Con sus 12,7 millones de electores, este es el principal distrito electoral del país, ya que representa al 37 % del padrón.

Aquí, la oposición ganó el 12 de septiembre con el 40 % de los votos frente al 35 % alcanzado por el peronismo, que apuesta a achicar la brecha el 14 de noviembre e incluso, en el escenario más optimista, a revertir los resultados. En caso de lograrlo, Kicillof se fortalecería como uno de los principales precandidatos para 2023, sobre todo porque cuenta con el apoyo de la expresidenta y actual vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En la oposición el panorama está más disputado. En la Ciudad de Buenos Aires, que acumula 14 años gobernada de manera ininterrumpida por la derecha, no hay duda de que volverá a ganar como lo hizo en las primarias, en las que obtuvo un contundente 49 % de los votos frente al magro 25 % que logró el peronista Frente de Todos.

Estos resultados empoderan al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, quien ya ha comenzado a manejarse públicamente como presidenciable, con giras al exterior y un discurso que trata de confrontar cada vez más con el Gobierno nacional.

Pleitos entre políticos

La principal candidata a diputada de Juntos por el Cambio, María Eugenia Vidal, ya anticipó que también aspira a la postulación presidencial en 2023. Aunque ella y Rodríguez Larreta son aliados e incluso se han enfrentado y desligado de Macri, los roces entre ambos ya comenzaron a aparecer en las últimas semanas de campaña.

A ellos les compite Patricia Bullrich, la presidenta del PRO, el principal partido de la alianza opositora, y que es una dirigente más cercana a la ultraderecha que tiene altos niveles de popularidad debido principalmente a su belicosidad antiperonista. A pesar de que este año no contendió por ningún cargo, es una de las cartas más fuertes para 2023 y la que cuenta con el apoyo de Macri.

Pero por ahora la pelea principal la sostienen el presidente y la vicepresidenta, quienes después de la derrota en las PASO se enfrascaron en una disputa pública en la que Fernández de Kirchner exigió cambios en el gabinete a los que Fernández se resistía pero a los que finalmente tuvo que ceder.

Fue una semana plagada de tensión política que evidenció el quiebre de la alianza gobernante y que generó un clima de inconformidad que se mantiene rumbo al 14 de noviembre, ya que algunos sectores peronistas mantienen su inconformidad con la teatralidad que manejó la vicepresidenta, mientras que otros la validan y desconfían del presidente.

Además, Fernández todavía arrastra una crisis de credibilidad y una causa penal después del escándalo que protagonizó por la fiesta clandestina que realizó el año pasado junto con su pareja Fabiola Yáñez en la residencia oficial, lo que violaba las fuertes restricciones de movilidad que él mismo había impuesto en medio de la pandemia. 

La debacle de la imagen presidencial no mejoró ni siquiera con la confirmación del embarazo de su pareja, una noticia que suele impactar positivamente en la opinión pública.

Por eso, al Gobierno le urge, de mínima, mejorar los resultados que obtuvo en las PASO para evitar una mayor crisis de legitimidad en un país en el que la amenaza de interrumpir mandatos presidenciales siempre está al acecho.

Cierres

Por otro lado, una operación programada de la vicepresidenta modificó el calendario en la recta final de las campañas.

En principio, el oficialista Frente de Todos iba a cerrar en un evento el sábado pasado, pero como Fernández de Kirchner seguía internada, decidió posponer el acto para este jueves.

Se trata del mismo día que ya había programado Juntos por el Cambio, por lo que la coincidencia de fechas genera un clima de expectativa ante los participantes, convocatoria y discursos de los líderes de las dos principales alianzas políticas de Argentina.

Después, ya sólo restará esperar a que abran las urnas. 

Cecilia González 

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