Dos drones cargados de explosivos fueron derribados este martes por las defensas aéreas de Irak cuando se acercaban a la base aérea de Ain al-Asad, al oeste de Bagdad, donde se concentran fuerzas militares estadounidenses.
Según declaró a Reuters un funcionario de la coalición militar internacional liderada por EE.UU., durante las últimas semanas esperaban que aumentaran los ataques contra sus fuerzas en Irak y Siria, coincidiendo con segundo aniversario del asesinato del general iraní Qassem Soleimani.
Un ataque similar fue frustrado este lunes, cuando las defensas aéreas iraquíes derribaron dos drones que se acercaban a otra base que albergaba fuerzas estadounidenses cerca del aeropuerto internacional de Bagdad.
Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad por el ataque, aunque, según la coalición y los funcionarios iraquíes, uno de los drones llevaba estampadas en un ala las palabras "la venganza de Soleimani".
Durante esa misma jornada, el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, prometió venganza por el asesinato de Soleimani a menos que el expresidente Donald Trump comparezca ante la justicia.
Qassem Soleimani, que era una figura clave en la dirección de las acciones militares de Irán en Oriente Medio, murió durante un ataque aéreo lanzado cerca del aeropuerto internacional de Bagdad (Irak) el 3 de enero de 2020.
El Pentágono asumió la responsabilidad del asesinato e indicó que fue ordenado por el entonces presidente Trump, que buscaba romper así la influencia de Teherán en la región. Soleimani había supervisado las intervenciones de Irán en las luchas de poder regionales, desde el Líbano e Irak hasta Siria y Yemen.
Según la Defensa estadounidense, el bombardeo fue dirigido contra Soleimani y "tenía como objetivo disuadir futuros planes de ataque iraníes".
El general de división Tamir Hayman, exjefe de la inteligencia militar de Israel, confirmó el mes pasado que Israel jugó un papel en el asesinato y subrayó que la muerte de Soleimani fue "un logro", ya que los principales enemigos de su país "son los iraníes".