Pedro Sánchez rechaza la "ineficaz" propuesta de Bruselas para reducir el consumo de gas
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha rechazado la "ineficaz" propuesta de Bruselas de que todos los países miembros de la Unión Europea (UE) reduzcan el consumo de gas en 15 % hasta abril del 2023, informa la agencia Europa Press.
España "no puede aceptar imposiciones sin debate ni consulta y que tendrían un efecto lesivo sobre el tejido industrial y sin beneficio claro para nadie", dijo Sánchez este sábado, aunque afirmó que confía que en los próximos días se logrará un acuerdo "equilibrado y europeísta".
El plan de ahorro de gas, propuesto por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, busca crear una red de seguridad para las naciones europeas más vulnerables que ayude a "sobrevivir el invierno" en caso de un cese total del flujo del gas ruso.
Defender los intereses de España
Este ahorro en principio sería voluntario, pero se convertiría en obligatorio si se produce un mayor agravamiento de la situación energética, con lo que sería necesario activar la solidaridad entre los Estados de la UE. Esto significa que los países deberán estar preparados para compartir sus reservas de gas con otros.
Pedro Sánchez aseguró que su Gobierno trabaja para "aumentar su contribución de solidaridad europea, enviando todo el gas y la electricidad" que pueda a los demás países del bloque. No obstante, aclaró que "defenderá los intereses de España frente a soluciones impuestas, que además no son eficaces".
Según el jefe del Ejecutivo español, la propuesta de Bruselas "no tiene en cuenta la situación de partida" de cada uno de los Estados miembros de la UE, como "los esfuerzos históricos para el despliegue de las infraestructuras y la diversificación de las fuentes que garantizan el suministro nacional" de energía.
- Los políticos y la prensa occidental culpan a Rusia de utilizar la energía "como un arma" para "chantajear" a Bruselas. Sin embargo, la crisis energética en la Unión Europea se hizo evidente ya en la primera mitad del 2021, cuando las naciones del bloque agotaron sus reservas de gas después de una temporada de invierno relativamente fría y los precios se dispararon.
- La situación empeoró con la imposición de una serie de paquetes de sanciones contra Moscú por parte de EE.UU., la UE, Reino Unido y otros países en represalia por su operativo militar en Ucrania. Rusia respondió exigiendo los pagos en rublos por sus envíos de gas a Europa.
- Además, el 22 de febrero pasado el Gobierno alemán ordenó detener el proceso de certificación del gasoducto Nord Stream 2, que conecta a Rusia y Alemania a través del fondo del mar Báltico. Su construcción terminó en septiembre del 2021 pese a los rechazos de EE.UU., Ucrania y otros países, aunque la infraestructura no llegó a operar por motivos políticos.
- La tubería permitiría aumentar las capacidades de entrega del gasoducto Nord Stream 1 y duplicaría el suministro de gas natural ruso hacia territorio alemán. Sin embargo, Berlín se opone rotundamente a la puesta en funcionamiento del nuevo gasoducto, argumentando que esta acción equivaldría a "levantar una bandera blanca en Alemania y Europa" ante Moscú.