Los líderes de la UE y la Comisión Europea deben evaluar el impacto que las sanciones antirrusas, introducidas por Bruselas en respuesta al operativo de Moscú en Ucrania, tiene sobre cada una uno de los Estados miembros. Así lo declaró Balázs Orbán, asesor jefe del primer ministro húngaro Víktor Orbán, en una entrevista con el portal Euractiv publicada este martes.
"Las sanciones son racionales si dañan a Rusia más que a Europa, [...] pero no deben ser un automatismo. Los líderes de la UE deberían sentarse, la Comisión Europea debería crear un análisis sobre los efectos de las sanciones", remarcó el alto consejero, quien no tiene vínculos familiares con el jefe del Ejecutivo húngaro.
Asimismo, recalcó que, antes de decidirse a introducir nuevos paquetes de sanciones contra Moscú, los mandatarios del bloque comunitario deberían mantener "una seria discusión" sobre las repercusiones de las restricciones.
Paralelamente, el alto funcionario confirmó que Budapest espera obtener el próximo mes de enero los resultados de una consulta popular que arrojará luz sobre si la ciudadanía comparte o no la postura del Gobierno en relación a la política de sanciones antirrusas.
Energía como "zona prohibida"
Por otra parte, el asesor jefe del 'premier' húngaro señaló que su país seguirá adelante en su esfuerzo por alcanzar exenciones en la aplicación de las sanciones antirrusas en materias donde las medidas unilaterales impactan "más a Europa que a Rusia". "La energía es una zona prohibida para nosotros", subrayó Orbán.
En esta línea, explicó que la semana pasada Budapest había bloqueado la inclusión en la lista comunitaria de sanciones del ministro ruso de Energía, Nikolái Shulguinov, porque resulta "sencillamente inaceptable desde el punto de vista de seguridad energética de Hungría". "Estamos negociando con él sobre la energía húngara, así que ¿cómo podemos incluirlo en la lista de sanciones?", dijo Orbán.
- Hungría se ha negado a suministrar armas a Kiev y ha criticado en reiteradas ocasiones las sanciones de la UE contra Rusia. El país centroeuropeo, que depende en gran medida de los suministros energéticos rusos, negoció una exención en lo referente a la aplicación del embargo parcial decretado por Bruselas contra el petróleo ruso. Asimismo, se otorgó una exención a Budapest en la aplicación del tope al precio del crudo ruso acordado por la UE, el G7 y Australia.