La Administración Biden anunció el lunes la venta de 26 millones de barriles de petróleo que forman parte de la reserva estratégica estadounidense y que se entregarán entre abril y junio, informa Reuters.
Una vez realizada la venta, que los legisladores autorizaron en 2015 para el año fiscal en curso por orden del Congreso, las reservas se situarán en unos 345 millones de barriles.
El Departamento de Energía del país había contemplado la posibilidad de cancelar la operación de este año fiscal para recargar su reserva petrolera de emergencia, después de que el año pasado efectuara la mayor liberación de crudo con el fin de contener el precio del combustible. Ese año el Gobierno vendió 180 millones de barriles, dejando la reserva en su punto más bajo desde la década de 1980.
Aquellas acciones fueron fuertemente criticadas por los republicanos, que catalogaron la operación de maniobra política diseñada para contrarrestar el alza de precios de la gasolina y, de esa forma, granjearse el apoyo de los votantes antes de las elecciones de mitad de mandato.
En este contexto, la Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó una legislación destinada a limitar la capacidad del presidente para usar la reserva petrolera por cualquier motivo que no sea "una interrupción grave del suministro de energía".
El anuncio de la nueva liberación de petróleo llega después de que Rusia anunciara que reducirá la producción de petróleo en 500.000 barriles diarios en el mes de marzo, medida con la que responde al tope impuesto por la UE, los países del G7 y Australia a los precios de los artículos derivados del crudo ruso transportados por mar.
En particular, se establece un límite de 45 dólares por barril para los productos que se venden con descuento respecto al crudo (como el fueloil), mientras que se fijan 100 dólares por barril para artículos petrolíferos que se venden con sobreprecio en relación al crudo (diésel, queroseno y gasolina).