En diciembre de 2022, Perú se sumó a la exigua lista de países latinoamericanos que han tenido a una mujer como cabeza del Estado. El fallido intento de disolver el Congreso por parte de Pedro Castillo le abrió la puerta a la entonces vicepresidenta Dina Boluarte, una política provinciana que despertó una serie de ilusiones, pero también mucha reticencia.
Lleva poco más de tres meses en el cargo y el panorama es desolador: más del 70 % de la población desaprueba su gestión y considera que debería renunciar en caso de que el Congreso no acepte un adelanto de elecciones. Además, más de 60 personas han perdido la vida en las protestas antigubernamentales, la mayoría por la actuación policial, según la Defensoría del Pueblo.
Con masivas movilizaciones en su contra, Boluarte se ha amparado en el Congreso de la República, según explica la expresidenta interina del órgano legislativo, Rocío Silva Santisteban, quien atendió a RT desde la localidad de Espinar, departamento de Cusco.
"El Gobierno se ha empoderado", admitió la excongresista del Frente Amplio, al tiempo que explicó las bases que en su opinión sostienen al Ejecutivo peruano, cuyo mandato constitucional acaba en 2026.
Aunque Boluarte ha promovido una serie de proyectos de ley de adelanto de elecciones, primero para 2024 y luego para 2023, ante la ebullición popular que clama por su dimisión y el cierre del Parlamento, el clima político en Perú está muy lejos de eso, ya que el Congreso ha rechazado en reiteradas ocasiones los debates para apresurar los comicios generales.
"El empoderamiento de Dina Boluarte está muy vinculado con el Congreso y el Poder Judicial, especialmente la Fiscalía de la Nación, que juega en pared con el Gobierno. Detrás de esto hay intenciones de minimizar las grandes movilizaciones del sur andino, especialmente de Puno", aseguró Silva Santisteban.
Protestas apaciguadas
Diciembre fue un mes plagado de manifestaciones, mayormente en provincias, donde las localidades se sintieron desahuciadas tras perder al líder al que llevaron a Palacio de Gobierno con sus votos. Un Pedro Castillo que no solo fue despojado de su cargo, sino que terminó tras las rejas.
La ira ciudadana colmó las calles, incluidas las del centro de Lima, a pesar de registrarse un sinnúmero de actos represivos por parte de la fuerza policial. Más de 1.300 personas terminaron heridas, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo.
Pese al reclamo en las calles, la mayoría de congresistas ha votado en contra de unos comicios adelantados. Un callejón sin salida que solo podría destrabar la jefa de Estado, en caso de renunciar. Empero, ahora que las manifestaciones han mermado, pocos en Perú piensan que dará el paso.
Para Silva Santisteban, Perú vive un episodio de rearticulación de las movilizaciones que se han registrado desde hace tres meses. "Es un momento de evaluación de lo que se ha organizado y de pensar qué hacer para el futuro", subrayó.
Además, mencionó los problemas socioeconómicos provocados por la pandemia de covid-19 y ahora por el ciclón Yoku que atraviesa el país. "La gente está preocupada por la sobrevivencia del día a día. En Cusco, por ejemplo, hay sectores que no quieren paro porque viven del turismo y ahora se están reorganizando", explicó.
La posición de la izquierda
Pese a la situación, la exlegisladora se mostró convencida de que "Boluarte tendrá que renunciar" ante la molestia generalizada en la sociedad, como se comprueba en múltiples sondeos de opinión.
De cara a unos hipotéticos sufragios generales, Silva Santisteban expresó su preocupación por las consecuencias para la izquierda local, tanto por la gestión de Castillo como por las acciones de Boluarte en su corto mandato.
"La izquierda peruana va a salir muy mal de esta coyuntura", recalcó la excongresista, tras criticar la decisión de Castillo de intentar disolver el Parlamento. Igualmente, la también abogada tildó como "totalmente inconstitucional" la destitución del profesor cajamarquino.
Una vez que "la derecha deje caer a Dina Boluarte, porque la van a dejar caer en algún momento, dirán que ella es de izquierda" para perjudicar a este sector político, vaticinó.
La propia Boluarte se ha definido como "una mujer provinciana de izquierda, pero no de una izquierda dura, recalcitrante o extremista, sino de una izquierda progresista que ama la patria", manifestó.
En cambio, para la expresidenta interina del Congreso, Boluarte es "una representante del patriarcado capitalista" que ha englobado "todas las políticas públicas para alisar el camino de las grandes empresas, de los grandes poderes económicos de este país".
El rol de Boluarte en el statu quo
Castillo asumió el mando en julio de 2021 con un discurso descentralizador del poder, en su caso como maestro de Cajamarca, tras una larga historia de dominio limeño que data de la época del virreinato español.
Sin embargo, no hubo cambios sustanciales y Lima se mantuvo como el centro neurálgico en la toma de decisiones. Un hecho que quedó plasmado en una manifestación reciente en la capital, adonde llegaron gran cantidad de personas provenientes de Puno, incluidas madres con sus hijos colgados en las espaldas, para que tomaran en cuenta sus demandas.
Una escena que no pasó desapercibida para el ministro de Educación, Oscar Becerra, quien aseveró que "ni siquiera los animales exponen a sus hijos [así]". Y, sobre los niños que traían en sus canguros, declaró que "seguro eran alquilados"; unas palabras que le valieron una denuncia penal.
"No entiendo cómo la presidenta Dina Boluarte, que sale diciendo que ella es la primera presidenta del Perú, permite que tremendo machista esté allí", preguntó de forma retórica Silva Santisteban, antes de responder.
Para ella, "Boluarte no es una representante de las mujeres andinas, a pesar de que lo diga, ella es totalmente funcional al patriarcado colonial, capitalista que hay en este país y que por supuesto prioriza las ganancias por sobre los cuerpos de las mujeres".
De hecho, el pasado 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de las Mujeres, delegaciones de campesinas y trabajadoras provenientes de Puno marcharon por las calles de Lima para solicitar la dimisión de Boluarte.
"Los grandes poderes de este país han tejido una urdimbre de normas legales para mantenerse a toda costa, aun con una traidora como presidenta del Perú", cerró Silva Santisteban.
Adolfo Cuicas Castillo
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