Las autoridades ucranianas siguen ejerciendo presión contra la Iglesia ortodoxa canónica (UPTs, por sus siglas en ruso), lo que se tradujo este jueves en la colocación de una tobillera electrónica al metropolita Feodosi, de la diócesis de la provincia de Cherkasy, como parte del arresto domiciliario de 60 días para el líder religioso dictado por un tribunal la jornada anterior.
Las restricciones se argumentaron sobre la base de las declaraciones del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) que el 6 de abril acusó a Feodosi de "justificar, negar y glorificar la agresión rusa".
Desde el organismo señalaron que en 2020 el sacerdote ordenó crear una página web en la que posteriormente se retransmitía "contenido destructivo de los pro-Kremlin" asociados con el Patriarcado de Moscú.
Por su parte, Feodosi denunció el miércoles en la audiencia judicial que se trata de un proceso "político" en su contra y que además es "un eslabón en el ataque contra la UPTs".
- Las tensiones en torno a la UPTs, cuya discriminación fue corroborada por la propia ONU, se focalizan en el intento del Gobierno del presidente Vladímir Zelenski de desalojar a los monjes del Monasterio de las Cuevas de Kiev. Los religiosos del legendario convento, fundado en el siglo XI, persisten en su negativa a abandonar el lugar hasta que no haya una decisión judicial que revalide la ruptura unilateral del contrato de arrendamiento por parte del Ministerio de Cultura.
- En los últimos días la pugna por el Monasterio de las Cuevas ha quedado en un segundo plano, mientras cobran fuerza las tomas violentas de las iglesias de la UPTs por parte de simpatizantes de la cismática Iglesia ortodoxa de Ucrania (PTsU). El último episodio de esta índole tuvo lugar el lunes en la ciudad de Jmelnitsky, denunciaron este martes desde la UPTs. Tras el asalto, que corrió a cargo de "personas no identificadas ataviadas principalmente con uniformes deportivos", se tomó la decisión de trasladar el templo a la PTsU.
- Estos episodios se enmarcan en la campaña de presión lanzada por Kiev desde el pasado otoño, con registros, tomas de iglesias y acusaciones de supuesta actividad prorrusa.