Este 28 de mayo Turquía celebrará la segunda vuelta de los comicios presidenciales en las que el actual mandatario, Recep Tayyip Erdogan, se enfrentará al opositor Kemal Kilicdaroglu en un ambiente tenso por la polarización que se manifiesta en constantes altercados verbales y acusaciones cruzadas entre los dos candidatos.
El balotaje llega luego de que en la primera vuelta ninguno de los aspirantes lograra superar el 50 % más uno de los votos. Erdogan, que se postula por la gobernante Alianza Popular, en la que se encuentra su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en turco), alcanzó el 49,52 % de los votos. A su vez, Kilicdaroglu, candidato por la Alianza de la Nación y líder del histórico Partido Repúblicano del Pueblo (CHP), fundado por el primer presidente de la república turca, Mustafa Kemal Ataturk, obtuvo el 44,88 %.
Mientras, el derechista Sinan Ogan, de la Alianza ATA, y el centrista Muharrem Ince, que siguió en las boletas pese al anuncio de que se retiraba su candidatura, recibieron el 5,17 % y el 0,43 % de los sufragios respectivamente. Esta semana Ogan anunció que apoyará a Erdogan en la segunda vuelta, al acentuar que sus simpatizantes ahora son "actores clave" en la escena política del país.
La participación en la primera ronda llegó al 87,04 %, marcando así un nuevo récord. Más de 55,8 millones de ciudadanos turcos ejercieron su derecho al voto sobre un total de más de 64,1 millones del padrón electoral, según los datos de la Junta Electoral Suprema del país (YSK), citados por la agencia Anadolu.
Promesas continuistas de Erdogan
En sus declaraciones antes y después de la primera vuelta, tanto Erdogan como Kilicdaroglu se concentraron en la necesidad de mejorar la actual situación económica y garantizar la recuperación tras el devastador terremoto de febrero.
Entre otras causas, esto se debe a las altas tasas de inflación registradas en el país y la desvalorización de su moneda, la lira turca, que afectaron seriamente a la nación, mientras el actual mandatario se aferró a un curso monetario no tradicional, abogando por bajar el tipo de interés para combatir el alza de los precios. Según datos oficiales, en marzo de este año el índice de precios al consumidor, cifra clave para medir la inflación, había aumentado el 50,51 % interanual.
Pese a ello, Erdogan, en el poder desde 2003, está en contra de elevar la tasa de interés, argumentando que esto podría causar la desaceleración económica. En paralelo, pretende construir 650.000 nuevas viviendas para "curar completamente las heridas" en las 11 provincias afectadas por el sismo. Además, promete gas barato durante un año para un consumo doméstico de hasta 25 metros cúbicos mensuales, al igual que unos días antes de la primera vuelta había anunciado la subida salarial del 45 % para 700.000 funcionarios públicos.
A nivel internacional, el actual mandatario sostiene que continuará el rumbo para aumentar la influencia de Ankara en los asuntos globales y mantener una postura independiente que se refleja en la negativa a sancionar a Rusia por el operativo en Ucrania, el papel mediador entre Kiev y Moscú, las frecuentes fricciones con la OTAN o la Unión Europea.
En esta línea, Erdogan afirma que bajo su liderazgo el país permanecerá como "una isla de paz y seguridad" y construirá "el eje de Turquía" que traerá "estabilidad, multilateralismo, más cooperación" tanto para Ankara como para la humanidad.
En sus aseveraciones en contra Kilicdaroglu, lo tacha de demasiado prooccidental y afirma que es apoyado por fuerzas que su Gobierno considera terroristas, como las kurdas, entre otras. En paralelo, el mandatario critica a su contrincante por intentar empeorar las relaciones con Rusia luego de que Kilicdaroglu acusara a Moscú de interferir en el proceso electoral, algo que fue contundentemente rechazado por el Kremlin. Erdogan presenta como un logro de su política las relaciones "especiales" con su par ruso, Vladímir Putin.
'Renovación' de Kilicdaroglu
Mientras Kilicdaroglu, que se presenta como demócrata y acusa a Erdogan de dirigir el país con métodos autocráticos, defiende la necesidad de volver a "un sistema parlamentario fuerte", atraer inversiones extranjeras multimillonarias para impulsar la economía.
En respuesta a los reproches de Kilicdaroglu, Erdogan descartó sus afirmaciones. "¿Realizará un dictador una segunda ronda? El dictador termina su trabajo en la primera vuelta. Además, puede acabar con el 90 % [de los votos]. Hay muchos ejemplos de esto en el mundo. Anhelamos ganar los corazones de nuestra nación, no la dictadura", remarcó el mandatario en un mitin celebrado en Ankara.
Con respecto a la política exterior, el candidato opositor apuesta por una mayor cercanía con la UE y EE.UU., así como también por resolver el problema kurdo y garantizar la vuelta de los refugiados sirios a su país de origen. Tras conocerse los resultados de la primera vuelta, Kilicdaroglu prometió que expulsaría a todos los refugiados en caso de obtener la victoria.
Ante esta promesa el líder del Partido de la Victoria, de orientaciones nacionalistas y antiinmigrante, Umit Ozdag, manifestó el apoyo de su fuerza política a Kilicdaroglu para repatriar a millones de solicitantes de asilo y fugitivos de la Justicia turca. "El 28 de mayo se celebra un referéndum. ¿Deben irse o quedarse 13 millones de refugiados? Si dices Erdogan, se quedarán y su número aumentará. Si dices Kilicdaroglu, se irán y no vendrán nuevos. Doy fe de la promesa de Kilicdaroglu", tuiteó Ozdag.
Por otra parte, Kilicdaroglu mantiene una postura ambigua sobre la continuidad de las relaciones con Rusia. Por un lado, prometió seguir con el diálogo basado en la igualdad, desmintió informaciones de que daría un giro de 180 grados en las relaciones con Moscú. Por otro lado, se mostró dispuesto a seguir con el rol de intermediario entre Rusia y Ucrania.
No obstante, además de sus afirmaciones sobre la supuesta intromisión rusa en el proceso electoral, el aspirante presidencial catalogó a Erdogan como "líder mundial falso orientado hacia Rusia" que está "a la puerta" del país eslavo.
Entretanto, sigue en curso la votación para el balotaje en el extranjero, en la que el porcentaje de votantes ya superó el número de electores residentes en el exterior que participaron en la primera vuelta. Aunque el proceso para emitir el sufragio en las misiones diplomáticas se cerró el miércoles, los ciudadanos turcos podrán hacerlo hasta las 17:00 del domingo en instalaciones aduaneras.