Polonia no permitirá que los productos agrícolas ucranianos entren en su mercado

"Sin duda seremos muy duros a la hora de proteger el mercado polaco", declaró el primer ministro del país tras suspenderse el acuerdo de exportación de grano ucraniano.

Las autoridades polacas no permitirán que su mercado de productos agrícolas se vea desestabilizado por los suministros procedentes de Ucrania tras la suspensión del acuerdo sobre cereales, declaró este martes el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, informan medios locales.

"Sin duda seremos muy duros a la hora de proteger el mercado polaco", afirmó el alto funcionario a la prensa. También añadió que, en lo que respecta al tránsito, Polonia tiene la intención de ayudar a la UE a "aliviar" el problema.

El jefe del Gobierno destacó que su postura radica en que "esto no puede conducir a una mayor desestabilización del mercado agrícola polaco".

"Podemos desempeñar un papel constructivo, pero no nos veremos obligados a abrir nuestro mercado en detrimento de los intereses del agricultor polaco", añadió.

Asimismo, Morawiecki manifestó "que es tarea de la Comisión Europea, de la administración estadounidense, elaborar los mecanismos adecuados para la exportación del grano ucraniano".

En abril, cinco países europeos —PoloniaRumaníaHungríaEslovaquia y Bulgaria— prohibieron unilateralmente las importaciones de cereales y otros productos agrícolas ucranianos, ya que los envíos desestabilizaron sus mercados nacionales, amenazando el bienestar de los agricultores locales y provocando un descontento público que desembocó en protestas.

Sin embargo, posteriormente levantaron las medidas al respecto a cambio de la decisión de la Comisión Europea de imponer un embargo a cuatro productos alimenticios procedentes de Ucrania: trigo, maíz, colza y semillas de girasol.

El acuerdo de granos expiró el 17 de julio. El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, que decidió no prorrogar el pacto, explicó el lunes que su negativa se debe al incumplimiento de las obligaciones estipuladas en el documento y a la discordancia de la iniciativa con los fines planteados.

Según la Cancillería rusa, el 81 % de los suministros se destinó a países de renta alta y media-alta, mientras que las naciones más pobres solo recibieron el 2,6 % de los cargamentos.