El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, declaró este viernes en su intervención ante el Foro de Seguridad de Aspen que no será posible compensar los volúmenes de granos que se transportaban en el marco del acuerdo de cereales, que quedó sin efecto esta semana tras la oposición de Rusia a prorrogarlo.
Al ser preguntado sobre los esfuerzos que se emprenden para transportar el grano ucraniano por vías alternativas, Blinken afirmó que Washington está en contacto con sus socios y Ucrania para considerar todas las opciones disponibles. "Pero tengo que decir, no creo que sea posible recuperar por otras vías los volúmenes perdidos al ponerse fin a esta iniciativa. Vamos a hacer todo lo que podamos", dijo.
En este contexto, el jefe de la diplomacia estadounidense acusó a Moscú de usar los alimentos como un "arma", al tiempo que sostuvo que durante la vigencia del acuerdo "el 50 % de los productos alimentarios, como mínimo" se destinaban a los países en desarrollo. Esto, en particular, contradice las cifras de la Cancillería rusa, que justificó la salida de Moscú del pacto, aludiendo a que más del 70 % de los 32,8 millones de toneladas exportadas se enviaron a naciones de renta alta y media-alta.
Ataques contra infraestructura portuaria
Paralelamente, Blinken condenó los ataques rusos contra las instalaciones del puerto de Odesa. "En los cuatro días desde que [los rusos] pusieron fin a su participación en el acuerdo, ¿qué han hecho? Bombardearon cada día el puerto de Odesa", señaló.
Desde el Ministerio de Defensa han informado sobre varios "ataques de represalia" con el uso de armas de alta precisión contra objetivos en ciudades portuarias ucranianas en respuesta al atentado perpetrado por Kiev contra el puente de Crimea. Asimismo, el organismo anunció que, a partir del 20 de julio, los buques que naveguen por el mar Negro con destino a puertos ucranianos serán considerados posibles portadores de carga militar.
Este viernes, el representante permanente adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitri Polianski, aseveró que Moscú considera los puertos ucranianos como lugar de despliegue de tropas junto con el armamento occidental que se alberga allí.
El diplomático precisó que desde el 19 de julio, las tropas rusas atacan "con éxito" instalaciones industriales militares, infraestructuras de almacenamiento de combustible y depósitos de municiones de Kiev en las cercanías de las ciudades de Odesa y Nikoláyev.
Mientras, el expresidente de Rusia y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad del país, Dmitri Medvédev, ironizó sobre la ola de repudio en Occidente hacia Rusia tras la suspensión del acuerdo de granos. En particular, mencionó que los funcionarios occidentales "se esconden en los arbustos" cuando se trata del suministro de cereales a África y solo sacan el tema del hambre cuando "ellos mismos [la UE] se ven acorralados".
Tras oficializarse la oposición de Moscú a la extensión del acuerdo, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, aseguró que la nación reanudará inmediatamente su participación, en cuanto se cumplan las condiciones exigidas por Rusia.