Ángeles Béjar, madre del suspendido presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, fue trasladada este miércoles a un hospital tras sufrir un "estado de estrés".
La mujer se encontraba en huelga de hambre desde el pasado lunes en una iglesia de la Divina Pastora de Motril, en el barrio Capuchinos de Motril en Granada (España), como acto de protesta en apoyo a su hijo.
"La crisis ha sido ahora, por la calor y por todo. Tenía los pies hinchados y ha ido a más. Se ha puesto nerviosa y se ha puesto en un estado de estrés", comentó el padre Antonio, párroco de la iglesia de Motril, citado por medios locales.
De acuerdo con el religioso, Rubiales habría convencido a su madre para que abandonase el templo. Añadió que tras este episodio y traslado al hospital, la mujer no volverá a la iglesia.
Béjar inició la huelga de hambre hasta que se encuentre una solución a la supuesta "cacería inhumana y sangrienta" contra su hijo, tras la polémica generada por el beso en la boca no consentido a la jugadora de la selección femenina de fútbol Jenni Hermoso.
La madre de Rubiales había señalado que su protesta era para que Hermoso dijera "la verdad", porque considera que su hijo "es una persona decente y no es justo lo que están haciendo".
El martes comentó que continuaría en su encierro hasta que su cuerpo aguante. "No me importa morir por la justicia", dijo.
La acción que desató el escándalo
El beso de Rubiales a Hermoso ocurrió el pasado 20 de agosto, durante las celebraciones por el triunfo de la selección española en la Copa Mundial Femenina de Fútbol, evento que se llevó a cabo en Australia y Nueva Zelanda.
En un comunicado, Hermoso dejó claro que el beso no fue consentido. "Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte. Sencillamente, no fui respetada", enfatizó.