EE.UU. incluye nuevamente a México en la lista de mayores productores de drogas

La Casa Blanca emitió un memorando donde pide una "inversión histórica" de 46.100 millones de dólares para abordar el tema de las sustancias ilícitas en 2024.

México fue incluido nuevamente por el Gobierno de EE.UU. en un listado con los principales países de tránsito o de producción de drogas.

En un memorando dirigido al secretario de Estado, Antony Blinken, y firmado por el mandatario estadounidense, Joe Biden, se expuso la determinación sobre los principales países de tránsito o productores de drogas ilícitas para el año fiscal 2024.

Washington identifica a las siguientes naciones como principales países de tránsito o de producción de drogas: Afganistán, Las Bahamas, Belice, Bolivia, Birmania, China, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, India, Jamaica, Laos, México, Pakistán, Panamá, Perú y Venezuela.

En el escrito se afirma que el presupuesto para el año venidero exige una "inversión histórica" de 46.100 millones de dólares para las agencias del Programa Nacional de Control de Drogas, lo que implica 2.000 millones de dólares más que en el ejercicio fiscal anterior.

"Esta solicitud también incluye inversiones significativas para reducir el suministro de drogas ilícitas" procedentes de más allá de nuestras fronteras", dice el texto.

Situación con México

En el documento se sostiene que la "gran mayoría de las drogas ilícitas que causan más daños" provienen del exterior, por lo que se busca "ampliar y mejorar" la cooperación internacional.

"El compromiso político de nuestros socios internacionales sigue siendo fundamental para lograr el éxito contra las amenazas de las drogas ilícitas, y ningún país es más importante que México", dice el memorando.

Ambos Gobiernos, según Washington, han cooperado para incautar mayores volúmenes de fentanilo y otras drogas como parte de la iniciativa bilateral Bicentenario para la Seguridad, la Salud Pública y Comunidades Seguras.

La Administración de Biden reconoce el último año haber trabajado "con éxito" con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la colaboración entre las fuerzas de seguridad, en evitar el desvío de precursores químicos y en detener a jefes del crimen organizado, narcotráfico y trasiego ilegal de migrantes.

Hace dos semanas, el mandatario mexicano afirmó que su país tenía la "obligación moral en la lucha contra el fentanilo" y en julio pasado ambas naciones suscribieron una declaración conjunta para combatir ese opiáceo, interrumpir el tráfico de armas y manejar la migración de manera humana.

En el texto la Casa Blanca pide seguir reforzando el intercambio de información y la colaboración; crear capacidad para combatir la producción y el tráfico de drogas y los productos químicos para su elaboración; y mejorar los mecanismos para vigilar, prevenir el consumo de estupefacientes.

El socio colombiano

Con respecto a Suramérica, dice que seguirá apoyando a sus principales socios –entre los que se encuentran Colombia– para reducir el cultivo de coca y la producción de cocaína; ampliar el acceso a la justicia y promover medios de vida alternativos. 

"Colombia ha sido históricamente un socio fuerte en la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, el cultivo ilícito de coca y la producción de cocaína se mantiene en niveles históricamente altos", dice el memorando. 

Tan solo el viernes pasado, EE.UU. renovó la certificación de Bogotá en la lucha contra las drogas.

En cuanto a Venezuela, Bolivia y Birmania, el Gobierno estadounidense considera que incumplieron "de manera demostrable" durante 12 meses "sus obligaciones en virtud de los acuerdos internacionales antinarcóticos". El año pasado, Caracas calificó de "indignante" que Washington no reconociera los esfuerzos de la Administración de Nicolás Maduro contra el narcotráfico.

Con referencia a La Paz, pide "tomar medidas adicionales para proteger los mercados lícitos de coca del país de la explotación delictiva" y reducir el cultivo ilícito de coca. Por su parte, días atrás el país andino manifestó que ese documento había sido preparado de manera "unilateral", "sustento técnico" y con "intencionalidad geopolítica".