Elon Musk, dueño de SpaceX, expresó en sus redes sociales su frustración por la burocracia del Gobierno de EE.UU., que obstaculiza la puesta en marcha de la segunda prueba de la nave espacial Starship.
Esta semana trascendió que el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre estadounidense (FWS, por sus siglas en inglés) aún no ha comenzado la revisión formal de las actualizaciones que la compañía aeroespacial realizó en el artefacto espacial luego de la prueba fallida en abril.
Las autoridades necesitan revisar los planes de SpaceX para operar el sistema de diluvio de agua durante el próximo lanzamiento de su cohete Starship, proceso que podría llevar entre 30 y 135 días, según comunicó la propia agencia a Bloomberg.
"Eso es inaceptable. ¡Es absurdo que SpaceX pueda construir un cohete gigante más rápido de lo que ellos pueden barajar el papeleo!", exclamó Musk al respecto en su cuenta de X (anteriormente Twitter).
Larga espera
El FWS manifestó que aún no tiene toda la información que necesita de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) para actualizar su veredicto sobre cómo la instalación de lanzamiento Starbase en Boca Chica, Texas (EE.UU.), afectará a las especies en peligro de extinción y los hábitats críticos que rodean el sitio.
"Una vez que el servicio revise la evaluación biológica final de la FAA y la considere completa, se reiniciará la consulta y tendremos 135 días para emitir una evaluación biológica final", afirmó el FWS a la agencia de noticias. "En cualquier momento, la FAA y el servicio [el FWS] pueden acordar la extensión de ese plazo si, por alguna razón, se necesita recopilar más datos o se presenta nueva información", agregó.
El primer intento de lanzar el Starship en abril de este año terminó con la explosión del cohete. También durante la prueba parte de la estructura de la plataforma de lanzamiento quedó destruida y los escombros se esparcieron por una amplia zona.
El artefacto lanzado carecía precisamente del sistema de diluvio y de lo que se conoce como "trinchera de llama", unos túneles que canalizan los gases de escape calientes fuera de la plataforma.