¿Qué se sabe de los planes de la UE para crear una misión en el mar Rojo y qué obstáculos enfrenta?
Esta semana EE.UU. y algunos de sus aliados lanzaron una ofensiva a gran escala contra las posiciones hutíes yemeníes en medio de los ataques contra los barcos comerciales en el mar Rojo. Al mismo tiempo, esta operación contó con el apoyo de pocos países europeos, ya que la mayoría de ellos son partidarios de un enfoque "más tranquilo". En este contexto, recientemente se dio a conocer que la UE evalúa crear su propia misión especial para patrullar la zona.
Detalles de la posible operación en el mar Rojo
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, afirmó este sábado que ya había empezado a trabajar en este asunto. Señalando que el mar Rojo es una importante ruta mundial de suministro, dijo que se están debatiendo opciones para "ayudar a restablecer la libertad de navegación", lo que incluye la creación de una nueva operación marítima europea. Según sus palabras, ya presentó esta propuesta a los países miembros del bloque.
De acuerdo con un documento del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), la medida podría tener dos modalidades: una acción más limitada en el mar Rojo y otra más amplia, que no solo actuaría en ese mar, sino también en el estrecho de Bab el Mandeb, el mar Arábigo, el estrecho de Ormuz y el Golfo.
Su tarea consistirá en analizar el terreno, observar y acompañar a los buques mercantes, así como en caso necesario, derribar misiles y drones de los hutíes. Además, la medida se llevará a cabo "en estrecha coordinación con Estados afines y otros actores militares implicados, incluido en la operación 'Guardián de la Prosperidad'", según el SEAE.
Se señala que "el tamaño y la composición exactos de la operación serán objeto de una planificación operativa ulterior". Al mismo tiempo, ya hay informes que indican que en la misión participarán "al menos tres destructores o fragatas antiaéreas con capacidad multimisión durante al menos un año".
Se espera que la misión recurra a fuerzas de otra operación conjunta europea, 'Agenor' –que opera en todo el Golfo Pérsico, el estrecho de Ormuz y parte del mar Arábigo–, formada por Bélgica, Dinamarca, Francia, Grecia, Italia, Noruega, Países Bajos, con el apoyo político de Alemania y Portugal. Según Welt, París y Berlín apoyan esta idea y, además, señala que la ventaja es que se puede utilizar la infraestructura existente.
Inicialmente, con este fin, la UE estudiaba la posibilidad ampliar su misión 'Atalanta', que actúa frente a las costas de Somalia desde 2008 para reprimir y disuadir la piratería en el océano Índico. EE.UU. también ha pedido al bloque que readapte 'Atalanta' para apoyar su operación. Sin embargo, España se opuso a la idea.
La nueva misión podría ser aprobada por el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE el 22 de enero en Bruselas y ponerse en marcha a finales de febrero.
Alemania
Alemania ya se ha mostrado a favor de participar en la misión y pretende enviar al mar Rojo sus fragatas F-124 y Hessen. Esta última dispone de un sistema de reconocimiento por radar capaz de detectar 1.000 objetivos simultáneamente, misiles antiaéreos y cuenta con helicópteros de combate a bordo. La fragata podría zarpar hacia la región el 1 de febrero, según los datos de Welt.
La jefa del Comité de Defensa del Parlamento de Alemania (Bundestag), Marie-Agnes Strack-Zimmermann, dijo a Politico que la participación de la Armada de su país en la operación "bajo el liderazgo de la UE" es "realmente concebible". "Actualmente se está discutiendo cómo podría ser la contribución alemana a esta coalición" añadió.
Al mismo tiempo, señaló que a pesar del deseo de Berlín de unirse a la misión, aún no se sabe exactamente "si tiene la capacidad". "Si se compara [la Armada alemana] con la de otros países, no es muy grande", dijo, refiriéndose al hecho de que Alemania dispone solo de tres fragatas, por lo que su participación en la operación en el mar Rojo es "incierta".
Strack-Zimmermann indicó que Berlín podría "ayudar de diferentes maneras", por ejemplo, enviar un contingente de marineros para servir en un buque de guerra aliado o ayudar a coordinar la flota multinacional en un cuartel general aliado.
Francia
Mientras tanto, Francia no ha expresado su deseo de unirse plenamente a la coalición estadounidense, negándose a participar en iniciativas que pudieran conducir a una mayor escalada en la región. Sin embargo, ha dejado claro que cooperará con la operación de EE.UU., pero que sus fuerzas siguen bajo mando nacional.
"La operación francesa consiste, por un lado, en patrullar las zonas marítimas donde operan los hutíes para detenerlos. Estas patrullas están en coordinación con la operación 'Guardián de la Prosperidad'. Por otra parte, escoltamos regularmente buques de bandera francesa o con intereses franceses en el mar Rojo. Los acompañamos a lo largo de toda su travesía", declaró este jueves el comandante conjunto de las Fuerzas Francesas desplegadas en el océano Índico, Emmanuel Slaars.
Subrayó que las fuerzas francesas "no están subordinadas al socio estadounidense", precisando que París y Washington comparten información en tiempo real y mantienen contactos para no duplicar las operaciones. Al mismo tiempo, subrayó que los ataques directos contra las posiciones de los hutíes no formaban parte de sus tareas.
Los analistas también señalan que Francia está preocupada por el hecho de que los ataques aéreos de sus aliados pueden aumentar aún más las tensiones en la región. "Las autoridades francesas consideran que atacar territorio yemení en una postura más ofensiva que defensiva supone un riesgo muy importante de escalada regional", declaró Laure Foucher, investigadora principal de Oriente Medio en el 'think tank' Foundation for Strategic Research, a The National.
A su juicio, "el impacto en el comercio a través del mar Rojo no se considera [por parte del Gobierno francés] lo suficientemente importante como para arriesgarse a una escalada". "París probablemente prefiere centrarse en los esfuerzos diplomáticos para resolver la crisis de Gaza con el fin de poner fin al riesgo de escalada regional", agregó.
Italia
A su vez, las autoridades de Italia se muestran a favor de la iniciativa. El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, afirma que su país está "comprometido a garantizar la libertad de navegación" en la zona y que pediría una ampliación de la operación 'Atalanta' o el lanzamiento de una nueva misión europea.
Sin embargo, tanto él como el ministro de Defensa, Guido Crosetto, subrayan que todas las nuevas operaciones deben ser aprobadas por el Parlamento. "Una nueva misión internacional necesita la aprobación parlamentaria y una financiación separada", explicó Crosetto, subrayando que ni él ni el Gobierno podían poner en marcha de forma autónoma un nuevo esfuerzo.
Además, Crosetto añadió que Roma tiene la intención de "lograr un paso seguro en el mar Rojo", pero evitando abrir un "tercer frente" en la guerra entre Israel y Hamás.
España
A pesar de que inicialmente España afirmaba que está abierta a una nueva misión, su ministra de Defensa, Margarita Robles, comunicó el viernes que Madrid no participará en una posible misión de la UE. Manifestó que su país está firmemente "comprometido" con la paz, y en este sentido "evalúa y decide" en qué misiones participa.
"España ha sido siempre muy clara: apoyamos la paz en el mundo y desde el principio hemos dicho que no vamos a participar en el mar Rojo porque estamos firmemente comprometidos con otras misiones", declaró, refiriéndose al hecho de que su país ya participa en 17 operaciones en el exterior, tanto de la OTAN como de la UE y la ONU.
Al mismo tiempo, en referencia a los ataques de la coalición estadounidense contra Yemen, señaló que Madrid "no entra a juzgar las actuaciones de otros países".
El Reino Unido
El Reino Unido, que participó activamente en los primeros ataques contra las posiciones hutíes en Yemen, no está preparado para mandar sus portaviones al mar Rojo. Según The Telegraph, actualmente la Armada británica pasa por una crisis de reclutamiento que está afectando a todas las Fuerzas Armadas. En este contexto, el periódico señala que esa situación ha perjudicado al grupo de ataque de portaviones de Reino Unido (CSG por sus siglas en inglés).
Se ha hecho un llamado al HMS Queen Elizabeth, buque insignia de la Marina Real británica, para participar en el CSG. No obstante, y de acuerdo con el medio, el único buque de apoyo sólido capaz de proporcionar la cantidad de municiones, aviones, equipos de repuesto y alimentos necesarios para un despliegue completo es el RFA Fort Victoria, que en este momento no puede navegar por falta de personal. En tiempos normales opera con una tripulación de 100 efectivos, pero ahora está operando con una cantidad mínima de personal.
Este barco de almacenamiento, actualmente el único de su clase, no está en actividad pese a que fue sometido a reparaciones tras participar con el CSG en una misión en el Indo-Pacífico en 2021 y, aunque mecánicamente está en buenas condiciones, en la actualidad se encuentra en un astillero de Liverpool.
Lord West, excomandante de los servicios navales británicos, califica de "atroz" que la Armada haya permitido que el Fort Victoria llegara al estado en que se encuentra. En su opinión, las autoridades marítimas tenían que haberse asegurado de que la embarcación "estuviera en óptimas condiciones en caso de que fuera necesario". "Es increíble que, cuando las cosas empezaron a calentarse en la región del mar Rojo, no se tomase la medida inmediata de enviar un portaviones", declaró.
¿Cuáles son los posibles obstáculos del despliegue de la misión de la UE?
Mientras tanto, la negativa de varios países europeos a unirse a los ataques de EE.UU. y Reino Unido contra los rebeldes hutíes en Yemen ha puesto de manifiesto las "divisiones" en Occidente sobre cómo abordar la situación en el mar Rojo.
Aunque los Países Bajos, Australia, Canadá y Baréin proporcionaron apoyo logístico y de inteligencia para el asalto aéreo, y Alemania, Dinamarca, Nueva Zelanda y Corea del Sur firmaron una declaración conjunta justificando los ataques, países influyentes de Europa como Francia y España manifestaron que desean un enfoque "más tranquilo" de la política en la región.
De acuerdo con fuentes gubernamentales y diplomáticas citadas por Reuters, esta divergencia "pone de relieve las divisiones" en Occidente sobre cómo tratar a los hutíes, que llevan semanas atacando embarcaciones en el mar Rojo como acto de apoyo a los palestinos en medio de la incursión israelí en Gaza.
Paralelamente, The Telegraph reporta, citando a unos diplomáticos europeos, que la tensión en las relaciones entre el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, podría afectar aun más a la unidad dentro del bloque respecto a la respuesta a los ataques de los hutíes contra barcos en el mar Rojo. Entre otros asuntos, mantienen posturas divergentes en cuanto a la ayuda a Ucrania, y un interlocutor del periódico afirmó que "los alemanes creen que los franceses no hacen suficientes cosas" al respecto y "tienen razón". La actitud de París respecto a los ataques de EE.UU. y del Reino Unido contra los hutíes también ha sido más fría que la de Berlín.
Según The Telegraph, con todas estas disputas internas se teme que el Gobierno de Scholz no tenga éxito a la hora de convencer al Elíseo para que apoye la idea de expandir la misión antipirata de la UE, liderada por la propia Francia, del estrecho de Ormuz al mar Rojo.
Otro factor que podría obstaculizar el despliegue de una posible misión de la UE es la percepción en la región de que los países europeos apoyan incondicionalmente a Washington, que es el principal aliado de Israel, país que lleva a cabo la guerra contra la Franja de Gaza provocando indignación en numerosos países, especialmente islámicos. Esto hecho limita las oportunidades de cooperación entre Europa y los Estados del Golfo.
Al mismo tiempo, los europeos tienen la posibilidad de reforzar las posiciones en la región. Según un nuevo informe del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), pueden aprovechar el hecho de que su postura sobre el conflicto palestino-israelí "está menos sesgada hacia Israel que la de EE.UU. para posicionarse como socios alternativos, tanto en diplomacia regional como en seguridad marítima".