Alrededor de 1.200 empleados de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés) tiene vínculos con grupos militantes islamistas, según informes de inteligencia israelí citados este lunes por The Wall Street Journal.
Las estimaciones de inteligencia, compartidas con EE.UU., concluyen que mientras al menos 12 trabajadores de UNRWA tienen conexiones con el ataque de Hamás contra Israel del 7 de octubre, alrededor del 10 % de todo su personal en Gaza, aproximadamente 12.000 empleados, tienen vínculos con Hamás o con la Yihad Islámica, mientras que, aproximadamente, la mitad tiene parientes cercanos que pertenecen a los grupos milicianos islamistas.
Además, casi la mitad de todos los empleados de la agencia también tienen parientes cercanos que mantienen conexiones oficiales con estos grupos.
"El problema de la UNRWA no son sólo 'unas pocas manzanas podridas' involucradas en la masacre del 7 de octubre", señaló un alto funcionario del Gobierno israelí. "La institución en su conjunto es un refugio para la ideología radical de Hamás", advirtió.
Dos funcionarios familiarizados con la inteligencia afirmaron que los empleados de UNRWA que tenían vínculos con grupos islamistas fueron considerados "operativos", lo que indica que participaron activamente en el marco militar o político de la organización.
Seis trabajadores de la agencia formaron parte de los milicianos palestinos que mataron a 1.200 personas en el ataque más mortífero contra judíos desde el Holocausto, según el expediente de inteligencia. Dos ayudaron a secuestrar a israelíes, mientras que otros dos fueron rastreados hasta lugares donde decenas de civiles israelíes fueron asesinados a tiros. Algunos otros coordinaron la logística del asalto, incluida la adquisición de armas.
Suministros robados
Por otra parte, la evaluación de inteligencia sostiene que los miembros de Hamás están tan profundamente involucrados en la entrega de ayuda de UNRWA que coordinan las transferencias para la organización, por lo que el movimiento radical habría robado suministros de la UNRWA por valor de más de un millón de dólares, incluidos combustible y camiones, desde el 7 de octubre.
Las acusaciones sobre los vínculos de los empleados de la agencia con grupos radicales aparecieron la semana pasada, y el mismo viernes la ONU comunicó que había despedido a varios miembros de su personal y había abierto una investigación.
Por su parte, países como Japón, Francia, EE.UU., Canadá, Finlandia, Países Bajos, Australia, Italia, Alemania, Austria, Reino Unido y Suiza decidieron suspender su contribución a la UNRWA.