El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia ha denunciado el saqueo de objetos de valor cultural y religioso que llevan a cabo las autoridades ucranianas.
En su habitual rueda de prensa, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, recordó la reciente revelación del diario estadounidense The Wall Street Journal sobre 16 antiguos íconos que fueron sacados de un museo ucraniano y llevados a Francia durante una operación secreta ejecutada el año pasado, supuestamente para salvaguardarlos de los ataques rusos.
"En estos días, medios estadounidenses informaron que en mayo de 2023, 16 íconos ortodoxos de valor incalculable fueron llevados en secreto a Francia (algunos de ellos se convirtieron en exhibiciones del Louvre), el resto fue enviado a un almacén del museo", detalló la vocera.
"No se puede descartar que estas reliquias hayan sido robadas del Monasterio de las Cuevas de Kiev y de otras catedrales de la Iglesia ortodoxa ucraniana [del Patriarcado de Moscú]. Evidentemente, no hablamos de colecciones privadas o de museos. Con el fin de saquear las propiedades y el patrimonio que la Iglesia ortodoxa ucraniana [del Patriarcado de Moscú] ha conservado, se le arrebatan templos, se echa a los sacerdotes a la calle o se los encarcela", reza la declaración del ministerio.
Asimismo, la diplomática manifestó que "el saqueo a gran escala de Ucrania y la venta total de sus riquezas naturales claramente no son suficientes para la banda de Kiev", agregando que su Gobierno "continúa dilapidando el patrimonio cultural, histórico y religioso". "Si no sienten lástima por sus propios ciudadanos, ¿por qué habrían de sentir lástima por otros valores? Pero esto se ha constituido en el fondo cultural de la nación", aseguró.
Zajárova añadió que "basándose en los materiales y las pruebas que ahora se notan 'a simple vista' en los museos occidentales, ya es hora de empezar a hablar de que el régimen de Kiev saquea no solo bienes del Estado, sino también la propiedad de organizaciones, estructuras y comunidades que no son estatales".
En este contexto, señaló que la 'ofensiva' contra la Iglesia ortodoxa se lleva a cabo tanto por las autoridades como por los cismáticos que apoyan la llamada 'Iglesia ortodoxa de Ucrania', una "estructura pseudortodoxa y pseudoreligiosa" que fue creada no solo para destruir la vida del clero ortodoxo en el territorio de Ucrania, sino también para convertirse en un arma para facilitar el robo y el saqueo de templos.
Para Rusia, el reciente escándalo con la entrega de íconos a Francia genera preocupaciones sobre si sucederá lo mismo que con la colección de oro escita de museos de Crimea, que fue expuesta en el Museo Allard Pierson de Ámsterdam (Países Bajos) entre febrero y agosto de 2014, y no fue devuelta a su lugar de origen.
"Las reliquias no pertenecen al régimen criminal de Vladímir Zelenski, que se instaló en Kiev, sino que son reliquias ortodoxas mundiales. Esto plantea la cuestión de si correrán la misma suerte que el oro escita, que perteneció a los museos de la Crimea rusa y fue transferido por las autoridades neerlandesas a Ucrania, contraviniendo las obligaciones contractuales y las normas de cooperación museística", denunció la portavoz.