La delegación del Ejército de Liberación Nacional (ELN) informó que el diálogo con el Gobierno colombiano entrará en una "fase de congelamiento", por considerar que "viene adelantando acciones violatorias a lo pactado en la mesa de conversaciones", que ya culminó su sexto ciclo.
En un comunicado publicado en las redes, el ELN afirma que el 'Pacto Territorial por la Transformación para la Vida y la Paz' en Nariño —suscrito en enero entre la gobernación de esa entidad y el Ejecutivo— se hizo "por fuera" del proceso de negociaciones que adelantan ambas partes, lo que implicaría el desconocimiento de la mesa, de los acompañantes, de las Naciones Unidas y de la Conferencia Episcopal colombiana.
Mientras tanto, el Gobierno respondió que "las decisiones que unilateralmente tome el ELN son su entera responsabilidad, y conducen a generar crisis innecesarias que prolongan la confrontación armada y la violencia".
¿Una decisión inconsulta?
Hace un mes, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, estuvo junto a su gabinete en el litoral Pacífico, donde desarrolló la denominada 'Agenda del Gobierno con el pueblo' en localidades como Tumaco y Barbacoas, ambas en el departamento de Nariño.
En esa oportunidad, según explicó el gobernador nariñense Luis Alfonso Escobar, se consignó el 'Memorando de entendimiento para la firma del Pacto Territorial por la Transformación para la Vida y la Paz', recoge Radio Nacional.
Tras la firma, se acordó que se iniciarían posteriormente diálogos territoriales con el ELN, lo que es cuestionado por esa guerrilla, que no los reconoce como producto del consenso con la delegación.
Escobar se refirió a la "territorialización" de la paz, al referirse a esas conversaciones que entablaría con el grupo armado, y que se diferencian de las de carácter nacional.
"Vamos a empezar ese diálogo con el ELN (…) para la transformación territorial no solo con los actores armados, sino con todos los actores sociales", dijo el gobernador de Nariño.
Los medios colombianos divulgaron un video que habría emitido el 29 de enero el Frente de Comuneros Sur de esa guerrilla, que opera en Nariño, donde manifiestan su deseo de integrarse a esas conversaciones, recoge el medio local El País.
Una negativa y una advertencia
En su escrito, el grupo armado responsabilizó de las supuestas violaciones de lo acordado al alto comisionado de Paz, Otty Patiño, que articulará las conversaciones locales en Nariño; a las Fuerzas Armadas y a la Policía.
La delegación del ELN expresó su desacuerdo con esos acercamientos regionales en Nariño y advirtió que si siguen su curso "haría entrar en crisis el proceso de diálogo al violar los acuerdos pactados".
Para el equipo negociador de la guerrilla, los diálogos regionales son un "montaje", por lo que además llamará a consultas a su delegación.
"Sin ser de nuestra responsabilidad lo acontecido, los diálogos entre el ELN y el Gobierno nacional entrarían en una fase de congelamiento mientras el Gobierno se disponga a cumplir lo acordado", dice el comunicado.
"Comunidades cansadas de la violencia"
La delegación del Gobierno, por su parte, sostiene que "ha cumplido a cabalidad todos sus compromisos" y que "siempre ha estado dispuesta a encontrar salidas ante las situaciones criticas".
En su escrito asevera que el Ejecutivo "ha definido claramente como una de sus prioridades desarrollar la paz en los territorios", por lo que "respeta y alienta las iniciativas que mandatarios locales lideran para proteger a la población y realizar transformaciones sociales".
Según afirma, el Gobierno no indujo ni alentó la iniciativa de la gobernación de Nariño de conversar con el ELN, sino que esta "responde a los clamores de comunidades cansadas de la violencia".
Para la delegación gubernamental, las determinaciones unilaterales del ELN podrían "debilitar la confianza de la sociedad colombiana en su voluntad de paz". Por ello, asevera que queda en sus manos "valorar lo avanzado en el proceso" y "profundizar en una solución negociada".
La semana pasada, el Comando Central del ELN rechazó las afirmaciones del alto comisionado de Paz sobre los supuestos desacuerdos entre los mandos de esa guerrilla y la delegación que participa en los diálogos de paz. Esta reacción ocurrió luego de que una fracción del grupo armado declarara un paro armado en el departamento del Chocó, a pesar de la vigencia de una prórroga del cese al fuego por seis meses más.