¿Cómo un proyecto logístico impulsado por India e Irán podría cambiar la geopolítica regional?
India e Irán anunciaron la semana pasada sus planes de reanudar el diálogo para desarrollar una ruta ferroviaria entre el puerto de Chabahar y la ciudad iraní de Zahedán, al norte del puerto, según informó el diario indio Mint.
En mayo de este año, los dos países firmaron un acuerdo en virtud del cual Nueva Delhi gestionará durante los próximos diez años el puerto, que constituye un importante nudo del Corredor Norte-Sur de Transporte Internacional y un enlace entre Oriente Medio y Eurasia.
Chabahar es el único puerto iraní con acceso al océano Índico y se espera que reduzca en un tercio los envíos de mercancías indias a los países de Asia Central que carecen de litoral.
El acuerdo ya ha despertado la preocupación de Estados Unidos, que impone sanciones a los países que cooperan con Irán. "Cualquier entidad o persona que esté considerando hacer negocios con Irán debe ser consciente de los riesgos potenciales a los que se expone y del riesgo potencial de sanciones", declaró el portavoz adjunto del Departamento de Estado de EE.UU., Vedant Patel, justo después del acuerdo.
Ambiciones de poder global y riesgos para la India
Los expertos de la cadena India Today indican que el principal interés de Nueva Delhi en desarrollar el puerto de Chabahar es establecer su propia ruta de tránsito de mercancías hacia Afganistán, que podría ser una alternativa viable al comercio con Kabul a través de Pakistán.
Además, esto podría privar a Pakistán, tradicional rival de la India en la región, de su condición de facilitador de suministros a Afganistán y restarle influencia sobre las autoridades de Kabul.
Asimismo, la importancia del proyecto para la India se debe también a que China está invirtiendo cada vez más en el puerto pakistaní de Gwadar como parte de la iniciativa de la Franja y la Ruta, que podría darle acceso al mar Arábigo.
Al mismo tiempo, existen riesgos asociados con el proyecto indo-iraní. La fragilidad de las perspectivas se debe a la experiencia previa de retrasos en la financiación por parte de la India. Además, están directamente condicionados por la situación interna de Afganistán.
Por otra parte, aunque las amenazas de sanciones por parte de EE.UU. no obligarán a la India a abandonar el proyecto, pueden ralentizar la velocidad de desarrollo del puerto y reducir el interés de los inversores privados.