El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, ofrece este miércoles una rueda de prensa, después de presidir en los últimos dos días las reuniones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Antes de esta jornada, Lavrov presidió la reunión ministerial del organismo en la que se discutió la situación en Oriente Medio y la cuestión palestina. Se trata del segundo evento de esta estructura clave de la organización mundial bajo la presidencia rusa del organismo, asumida por Moscú el pasado 1 de julio por un período de un mes.
El día anterior, el canciller ruso dirigió una reunión sobre cooperación multilateral en aras de la creación de un orden mundial más justo, democrático y estable, en la que el jefe de la diplomacia rusa denunció ante la ONU el dictado de EE.UU.
En su balance de las reuniones celebradas, Lavrov recalcó que esta discusión en el Consejo de Seguridad fue útil, a pesar de la poca esperanza de llegar a un acuerdo en la mayoría de los temas. Según el canciller ruso, muchos han expresado opiniones que coinciden con la de Rusia sobre el orden mundial multipolar en formación y existe un evidente interés para seguir conversando sobre este tema.
Además, hizo hincapié en la necesidad de "recuperar la confianza" en la palestra internacional, algo imposible sin que todos sin excepción cumplan los acuerdos. En este contexto, indicó que "la mayoría aplastante" de las resoluciones de las Naciones Unidas sobre Palestina no se cumplen.
"Completamente inaceptable" para Rusia
Sobre la posibiliad de que Rusia participe en la segunda cumbre sobre Ucrania, Lavrov expresó que el planteamiento formulado para este evento es "totalmente unilateral y completamente inaceptable" para Moscú y otras partes interesadas en la paz. "[Occidente] ha tomado el rumbo de impulsar a cualquier precio el llamado plan Zelenski, que tiene una forma pronunciada de ultimátum", declaró el canciller.
Asimismo, el ministro ruso lamentó la desatención de otras iniciativas de paz, como las de China y Brasil, que buscan crear una plataforma con principios aceptables para todos y estudiar las causas profundas de la crisis en Europa y trabajar para eliminarlas.
Occidente 'se pega un tiro en el pie' con las sanciones
Además, Lavrov señaló que la economía de China está en auge a pesar de que tratan de frenarla, introduciendo sanciones para impedir el desarrollo del país en la esfera tecnológica y en otros sectores.
"Cuantas más restricciones haya que desacrediten por completo el modelo de globalización y unidad de la economía mundial promovido por el propio Occidente, [...] cuanto más agresivos actúen los 'amos' del sistema de Bretton Woods, más activos y eficaces trabajarán y crearán sus tecnologías y productos los países contra los que se aplican estas sanciones", aseveró el canciller.
En este sentido, indicó que los propios países de la Unión Europea sufren el efecto de estas limitaciones. "Europa paga 200.000 millones de euros (unos 218.700 millones de dólares) más por fuentes de energía tras la imposición de sanciones", precisó el jefe de la diplomacia rusa.
"No está en nuestra tradición correr a persuadir"
En el transcurso de la rueda de prensa, Lavrov fue preguntado sobre como afectaría a las relaciones ruso-estadounidenses una victoria del exmandatario estadounidense, Donald Trump, en las elecciones. Según recordó, durante la presidencia de Trump (2017-2021), pese a que aumentó el número de las sanciones, había un diálogo entre ambos países al alto nivel. "Ahora no existe ese diálogo", subrayó.
En este contexto, el canciller reiteró que Rusia está dispuesta a trabajar con cualquier líder que salga elegido en EE.UU. y que esté abierto a un diálogo en pie de igualdad y mutuamente respetuoso.
"Cuando nuestros colegas entren en razón y superen ese delirio de superioridad de su propia grandeza e impunidad, nos sentaremos a hablar y escucharemos lo que nos digan. Pero no está en nuestra tradición correr a persuadirles", declaró.
Paralelismos entre la guerra en Gaza y el conflicto ucraniano
En cuanto al apoyo que Occidente presta a Ucrania y a Israel, Lavrov recalcó qué hay muchos rasgos en común.
Según el jefe de la diplomacia rusa, durante casi 10 meses de operación israelí en la Franja de Gaza, han muerto unos 40.000 civiles, en su mayoría mujeres y niños, y han resultado heridos unos 80.000, mientras que el número de víctimas civiles en ambos bandos, en Donbass y en Ucrania, es la mitad que en el enclave palestino en los 10 años transcurridos desde el golpe de Estado en Kiev.
Asimismo, Lavrov llamó la atención del doble rasero de las Naciones Unidas, señalando que la reacción del organismo cuando escombros de un misil ruso derribado por Ucrania en una zona residencial cayeron sobre un hospital infantil de Kiev —lo que provocó dos muertos— fue mucho más fuerte que cuando Israel atacó el hospital Al Ahli —donde hubo unos 80 muertos y cientos de heridos—.