El papa Francisco visitó este miércoles en las afueras de Roma a Sor Geneviève Jeanningros, sobrina de Léonie Duquet, una de las dos monjas francesas secuestradas y asesinadas por orden del exmarino argentino Alfredo Astiz, durante la última dictadura cívico-militar en ese país (1976-1983).
El papa interrumpió por un día su único mes de "vacaciones" de verano para acudir al histórico parque infantil Luna Park, ubicado en el barrio romano de Ostia, informó el sitio Vatican News.
Allí trabaja desde hace décadas Jeannigros junto con la hermana Anna Amelia, en una pastoral de cercanía con las comunidades del espectáculo itinerante y del circo y personas pertenecientes a la comunidad LGBT*.
Según reportó el Vaticano, la visita del sumo pontífice fue organizada por la monja Jeanningros, con motivo de la bendición de una estatua, en el interior del parque, de la "Virgen protectora del espectáculo ambulante y del circo".
¿Un gesto político del Papa?
Sin embargo, el gesto del papa se da semanas después de la polémica visita en prisión de un grupo de diputados argentinos, del bloque oficialista La Libertad Avanza (LLA), a varios represores condenados por delitos de lesa humanidad, entre ellos Alfredo Astiz.
Los legisladores acudieron a la cárcel de Ezeiza, en Buenos Aires, el pasado 11 de julio, un hecho sin precedentes desde que Argentina recuperó la democracia, ya que los represores nunca habían sido visitados por dirigentes partidarios ni representantes de ningún poder del Estado.
Este jueves, una de las diputadas involucradas, Lourdes Arrieta, aseguró que fueron "engañados" y que ella no sabía a quiénes iba a ver en la prisión de la ciudad bonaerense.
"Fue una reunión a la que fuimos engañados un grupo de diputados. No puedo decir si todos lo sabían o no, pero en el caso de la diputada [Rocío] Bonacci y yo empezamos a hablar de este tema porque en un momento teníamos angustia y entramos en un estado de 'shock'. Y en este tiempo me envalentoné y decidí salir a contar lo que fue", expresó.
Según Arrieta, quien responde al presidente Javier Milei, ignoraba quiénes eran los detenidos que iban a visitar y los delitos por los que habían sido sentenciados. "Yo no viví en esa época, nací en 1993 y no tengo ni idea de quiénes eran los personajes de esa época, la verdad es que vi internos de 80 años y yo no sabía los nombres, las caras, y no tenía ni idea", aseguró.
Alfredo Astiz fue uno de genocidas más temibles de la historia argentina. Ha sido condenado a cadena perpetua dos veces, una en 2011 y otra en 2015, aunque esta última aún no fue confirmada.
En 1977, el exmarino se infiltró en organizaciones de derechos humanos reclamando por la supuesta desaparición de una hermana, aunque todo era falso. Una vez inmerso en estos grupos, Astiz operó y participó en el secuestro, torturas y desaparición de dos monjas francesas, Alice Domon y Léonie Duquet, hermana de la madre de Sor Geneviève Jeannigros.
*El movimiento internacional LGBT está calificado como organización extremista en el territorio de Rusia y prohibido en el país.